El Piz Badile (3.308 m) suele estar notablemente tranquilo durante el invierno. Las condiciones en las que se encuentra no acostumbran a resultar atractivas para los alpinistas. Pero este año, la cosa está siendo muy diferente en su cara noreste, una de las seis caras norte de los Alpes de Rébuffat. Desde unos días antes del inicio oficial del invierno astronómico, se ha visto frecuentado por varias cordadas, que le han sacado un jugo inusitado, tal y como relata Planetmountain.com.
Todo empezó de hecho en otoño, cuando el surtirolés Simon Gietl y el suizo Marcel Schenk consiguieron resolver uno de los problemas pendientes de la cara noreste del Piz Badile con la comprometida Amore di vetro (800 m, M5, R). Se trata de una línea que comparte el inicio, hasta el primer campo de nieve, con la clásica ruta Cassin y que muchos alpinistas locales habían intentado anteriormente.
Apertura de Marcel Schenk y David Hefti
A raíz de aquello, un mes más tarde, Marcel Schenk regresó al lugar de los hechos con su compatriota David Hefti, también guía de montaña, para intentar una variación todavía más exigente. En este caso, continuaron por la Cassin hasta el segundo campo de nieve para, a partir de ahí realizar una travesía a la izquierda y enlazar con la Direttissima Memento Mori.
Dieron en bautizar el resultado como Nordest Supercombo, que supera los 800 metros de desnivel de esta pared con unas dificultades técnicas de hasta M7 y una elevada exposición graduada con una nada despreciable R en el croquis.
Repetición de Ines Papert y Luka Lindic
La noticia de la aventura de los suizos encontró su camino a través de internet y las redes sociales, e Ines Papert la leyó, despertando su curiosidad. Dado que las condiciones anunciadas para los últimos días del año en los Alpes no eran nada malas, se confabularon con Luka Lindic para sacar partido de ellas y encordarse una vez más, después del éxito que este 2016 les ha deparado con su apertura en la cara este del Kyzyl Asker (5.842 m).
Cuenta la alemana que con las primeras luces del 30 de diciembre, se metieron en la ruta Cassin. Escalaron una línea de hielo perfecto durante todo el recorrido hasta la cima, aunque en algunos momentos era tan delgado como una astilla plateada surcando las placas de granito. Alcanzaron la cumbre a las cinco de la tarde, disfrutando allí arriba de la puesta de sol con los Alpes de fondo.
Ines Papert concluye que «para Luka y para mí misma, el 2016 ha sido un gran año, lleno de logros alpinísticos pero también con algunos malos momentos personales, así que ver juntos cómo acaba el año, en una de las cumbres más bonitas de los Alpes, fue algo todavía más especial». Ambos se han emplazado para compartir más aventuras en 2017, aunque será Luka Lindic quien estrene el año con fuerza, viajando a Canadá para encordarse con Marc-André Leclerc en el amplio catálogo de vías y paredes del Gran Blanco. «Siento que he calentado bien para los próximos meses de hielo y mixto. Primera parada, Canadá», escribía en sus redes sociales el esloveno.