Fun or Fear —Diversión o miedo— es el nombre que Tom Livingstone y Uisdean Hawthorn le han puesto a la vía de 13 largos y 1.200 metros que abrieron en abril, en estilo alpino, en la cara este del Monte Jezebel (2.880 m), que pertenece al Revelation Range de Alaska. Sus dificultades máximas están cotadas en M6+, 90º, Ai6 R (hielo fósil de escaso grosor, muy expuesto).
Antes de meterse en esta vía intentaron abrir otra en la cara norte, pero se dieron la vuelta después de resolver varios largos y encontrarse con una chimenea cargada de nieve que no parecía segura. “Uno de mis puntos débiles es que siempre estoy entusiasmado con los proyectos. Si hay una oportunidad, alguna opción más, la aprovecho”, escribía Livingstone en su blog. “Pero en aquella chimenea que iba descargando nieve no encontraba la manera, ni tampoco Uisdean. A pesar de haber apostado por esa vía, aquello era un punto muerto”.
«El hielo estaba separado de la pared varios centímetros, como si fuera la piel de una cebolla”
Luego continuaba: “No había más líneas lógicas ni seguras en la cara norte, por eso decidimos centrar nuestra atención en la cara este del Monte Jezebel […], lleno de líneas increíbles que explorar”. El 6 de abril se pusieron en marcha para escalar una línea a la izquierda de la primera vía que se hizo en esa cara, firmada por Pete Graham y Ben Silvestre en 2015.
La ascensión les llevó dos días por terreno mixto, y fue en el primero cuando se enfrentaron a los tramos más complicados. Así describía Livingstone el más delicado: “El largo clave me llevó muchísimo tiempo cuando descubrí —con horror— que la escarpada pared de hielo que quería escalar estaba totalmente despegada de la roca. Estaba separada varios centímetros, como si fuera la piel de una cebolla”.
Pasaron la noche en un vivac y a la mañana siguiente, alrededor de las 12:30, alcanzaron la cima noreste con el cielo despejado y sin viento. “Parecía un verdadero regalo estar en un sitio tan especial, después de una experiencia tan gratificante, y con un tiempo perfecto. Todas las incógnitas se habían despejado. Nos podíamos relajar en la cima, sentarnos y empaparnos con las vistas infinitas”.
Grandes! y no la mierda de expedicion militar francesa a la Antartida….
Alpinismo en su esencia