En 2019, el jurado internacional de los Piolets d’Or ha elegido honrar tres ascensiones innovadoras: una pared famosa en una montaña icónica del centro de Karakorum; otra que estaba virgen en un pico poco conocido del oeste del Karakoram; y una ascensión a una de las cumbres sin escalar más altas que quedan en Nepal. Inusualmente, dos de estas ascensiones fueron audaces escaladas en solitario.
Las tres cumbres están cerca, o un poco por encima, de los 7,000 metros y las tres comienzan con la letra «L»; Latok, Lunag y Lupghar.
Los Piolets d’Or celebran y otorgan ascensiones en lugar de, específicamente, a los escaladores que los hicieron. Aunque, naturalmente, son los escaladores quienes reciben los premios. Trágicamente, ambos autores de las ascensiones en solitario, Hansjörg Auer y David Lama, ya no están con nosotros. Sin embargo, en el Ladek Mountain Festival, donde se entregarán los premios este mes de septiembre, serán familiares y amigos quienes los acepten en su nombre.
Lunag Ri (6.895 m), primera ascensión de la arista oeste (1.500 m. 90º), por David Lama (Austria), en solitario (23-25 octubre 2018).
El Lunag Ri es el punto culminante del macizo Lunag de Rolwaling, que se extiende a ambos lados de la frontera entre Nepal y el Tíbet. Antes de 2018 era uno de las cimas más altas sin escalar en Nepal, y hubo al menos cuatro intentos serios para llegar a su elevada cumbre. Tanto un intento desde el sureste como otro desde el norte terminaron en una cima subsidiaria del sureste.
En 2015 Conrad Anker y David Lama alcanzaron un punto en la cresta oeste, a unos 300 metros debajo de la cumbre, encontrando la arista más compleja y difícil de lo esperado.
Regresaron en 2016, pero Anker tuvo que ser evacuado en helicóptero tras sufrir un infarto. Posteriormente, David Lama hizo un audaz intento en solitario, alcanzando un punto situado unos 50 metros por encima del que había alcanzado con Anker previamente.
En 2018, cuando Anker confirmó que no volvería y David Lama decidió rechazar otras ofertas de socios fuertes para intentarlo en solitario. En el frío intenso de finales de octubre, el austriaco escaló por terreno muy difícil de hielo y nieve, con dos vivacs, para llegar a la escalada técnica clave situada en la parte más alta. Superado este tramo, hizo un recorrido aéreo, muy espectacular hasta la cumbre, que asemeja un trampolín. El descenso tuvo que realizarlo en su mayor parte rapelando.
Así hablaba sobre la ruta que había realizado. «Fue una escalada que quedaría grabada en mi memoria por la exposición, la dificultad, el frío y la soledad, también por el final exitoso de un largo proyecto personal».
Luphgar Sar Oeste (7157 m), cara oeste (1.000 m. M4 55º), por Hansjörg Auer (Austria) en solitario (7 de julio 2018).
El raramente intentado macizo de Lupghar Sar está situado en el Hispar Muztagh del Karakorum occidental y comprende tres picos que se encuentran en una larga arista este-oeste.
La cumbre oeste fue escalada por primera vez en 1979 por alemanes a través de su cresta suroeste, ascendiendo por rocas peligrosamente podridas, una característica de esta cumbre. Se ascendió el mismo año, y nuevamente en 1980. Fueron japoneses quienes la ascendieron por segunda vez escalando hacia el este por una afilada cresta de más de kilómetro y medio que les llevó a la cumbre central (que es la principal). Estas expediciones fueron realizadas en estilo tradicional (asedios a gran escala) y ni las cimas Oeste y Central se intentaron seriamente hasta 2018.
Después de una extensa aclimatación y exploración de la ambas caras y de una compleja aproximación Hansjörg Auer abandonó el campamento base y navegó por el salvaje Baltbar Glaciar para vivaquear a 6.200 metros, debajo del lado izquierdo de la cara oeste de Lupghar Sar West. Al día siguiente hizo una rápida ascensión de la cara oeste para llegar a la empinada sección superior de la cresta noroeste, a 6.900 metros. Aunque tenía planeó un segundo campamento, decidió guardar su equipo y seguir hacia la cima.
Un terreno mixto muy roto y una cresta muy expuesta, estrecha y plagada de cornisas, le condujeron al punto más alto. Auer logró descender al campamento base en la tarde del mismo día.
Aunque técnicamente la ascensión no es excesivamente difícil, sin lugar a dudas es una escalada audaz, comprometida y precaria, con un descenso agotador de la misma ruta, completamente solo a gran altitud y en un tiempo notablemente rápido.
Latok I (7.145 metros), arista/pared norte y pared sur (2.500 m. ED+), por Aleš Česen, Luka Straža (Eslovenia) y Tom Livingstone (Inglaterra), del 5 al 9 de agosto 2018.
En 1978 cuatro estadounidenses intentaron el «El espolón Walker del Karakorum», la cresta norte de Latok I desde el glaciar Choktoi.
Jim Donini, Michael Kennedy, George y Jeff Lowe pasaron 21 días escalando más de cien largos. Probablemente habían superado las dificultades, cuando una combinación de viento y frío, unido al rápido deterioro de la condición de Jeff Lowe, debido al mal de altura, les obligó a retirarse. Sigue siendo uno de los intentos más notables de la historia del alpinismo.
A pesar de, literalmente, docenas de intentos posteriores en los siguientes cuarenta años, nadie estuvo cerca de alcanzar el punto más alto alcanzado en 1978, a casi 7.000 metros. Hasta la fecha solo se había ascendido una vez la montaña, en 1979, por una expedición japonesa que alcanzó la cima por la vertiente sur.
Tom Livingstone conoció a Luka Stražar en una reunión internacional de invierno en Escocia. Junto con Aleš Česen viajaron a la vertiente norte del Latok I, donde Česen explicó: «creemos que hay una mejor manera de llegar a la cumbre que ascender la arista norte en su totalidad «.
El americano Josh Wharton, que había viajado a los Choktoi en cuatro ocasiones para intentar la arista norte, pensó una línea que ascendería por la derecha, por el flanco de la arista, para alcanzar el collado Este situado entre el Latok 1 y 2. Su idea era cruzar a la vertiente sur de la montaña para alcanzar la cima por terreno más fácil.
Esta fue la ruta seguida por el trío anglo-esloveno, que ascendió por corredores del lado derecho de la cresta hasta los 6.400 metros, desde donde ascendieron al collado oeste situado a 6.700 metros. Desde allí siguieron hacia el sur por laderas de nieve con un tiempo tormentoso hasta alcanzar, el quinto día, la cima.
Descendieron siguiendo aproximadamente la misma línea, llegando al campo base tres días después de realizar la segunda ascensión (la primera comenzando por la vertiente norte) de esta prestigiosa montaña situada en el Panmah Muztagh.
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