Patrick Gabarrou es uno de los alpinistas más activos de su generación, llegando a firmar más de 250 primeras ascensiones, una quincena de ellas en el Mont Blanc. Nació en 1951 en Évreux, y sus itinerarios en la Norte de las Grandes Jorasses, sus expediciones a Bolivia, Alaska, Patagonia y el Himalaya y sus actuaciones en los campeonatos de esquí de montaña (fue campeón de Francia en 1989) le han situado como uno de los escaladores de referencia del país vecino.
Este invierno, Patrick, sufrió un accidente mientras practicaba glaciarismo, perforándose un pulmón y sufriendo lesiones en vértebras y costillas. Su mejor terapia ha sido soñar con nuevos proyectos. Una vez recuperado los ha emprendido.
Este gurú del Mont Blanc ha añadido otra ruta a esta elegante montaña, concretamente en la vertiente Frêney, abriendo una nueva línea en el aéreo Pilar Derobé, cuya escalada no es muy frecuente. Esta ruta que asciende desde la vertiente sureste de la cumbre, cerca de un goulotte que la separa del Pilar Central, fue idea de Gabarrou y Jean-Christophe Lafaille, aunque hasta ahora Patrick no había podido afrontarla, algo que ha hecho junto a Christophe Dumarest y espoleados por el mal tiempo. En verano ya le daban los primeros tientos, probando algunas tiradas complicadas, y aunque Dumarest piensa que la ruta puede ser escalada en libre, ellos escalaron en artificial a partir del 7a+.
Pilares salvajes
El Pilar se levanta 800 metros desde el Glaciar de Frêney, hasta la arista Brouillard, en una vertiente cuyos pilares ya han sido protagonistas de sobresalientes aperturas como la del Pilar Derecho, escalado en 1940 por Paolo Bollini y Giusto Gervasutti, la célebre línea abierta en el 61 en el Pilar Central por Chris Bonington, Ian Clough, Jan Duglosz y Don Whillans o la del Pilar Sur, donde Luis Dubost y Yannick Seigneur establecían un recorrido en 1972. Pero pocos se habían atrevido con el Pilar Derobé, alzado entre el Central y el Sur, expuesto al desprendimiento de rocas y con un hielo poco fiable.
Gabarrou y Dumarest, vivaqueaban en la arista Innominata antes de descender hasta el Glaciar Frêney y ascender los siete nuevos largos, para al día siguiente acometer la arista Broullard amenazados por una furiosa tormenta, en la que se registraron vientos de hasta 100 kilómetros por hora. Ayudados de manos, rodillas y dos piolets lograron finalizar su nueva vía y se ganaron el derecho de bautizo. Jean-Chri, se llama, con dificultades de 7a+ y A1 sobre los 800 metros del Pilar Derobé, una columna de roca que como su nombre indica se oculta entre los pilares Sur y Central. Una ruta que combina roca excelente, dificultad técnica, altitud, soledad y vacío.
Fuente: The American Alpine Journal, Alpinist.com