El alpinista y aventurero británico realizó un vuelo de unos tres minutos de duración para descender desde 6.000 m a 5.000 m, aunque las condiciones no permitieron alcanzar la cumbre del techo de América.
En 1954, Pierre Lesueuer, Adrien Dagory, Edmond Denis, Robert Paragot, Lucien Bérardini y Guy Poulet escalaron por primera vez la que entonces se calificó la pared más difícil del mundo en un asalto de 7 días en pared que les costó severas congelaciones.
La joven atleta marcó un impresionante tiempo de 20 horas y 17 minutos, 2 horas y 35 minutos menos que la brasileña Fernanda Maciel.
“Es un proyecto de mucha paciencia y la montaña no se ha abierto para nosotros”, nos cuenta Karl Egloff horas después de abandonar su intento de récord en el Aconcagua. Su retirada ha sido un acierto, pues una avalancha ha barrido la vía que hubiera seguido con su compañero.
Por las condiciones meteorológicas los ecuatorianos decidieron abortar el segundo intento de batir la marca de 22 horas de ascenso por esta ruta clásica de dificultad. Descansarán unos días y volverán a intentarlo. Casi seguro el próximo miércoles o jueves según nos ha explicado el propio Karl Egloff en una llamada a la redacción.
El otrora conocido como Sprinter del Everest (subió en 22h30′ en 1988) ha comenzado a entrenar en el Mont Blanc para regresar al techo del mundo en 2022. Antes, intentará el Aconcagua, Annapurna, Cho Oyu y Makalu.
Sólo falta el estudio de impacto ambiental para que se efectúe la instalación de una antena en Plaza de Mulas (4.200 m) que dará señal de móvil e internet de alta velocidad a la montaña más alta de América.
El montañero japonés es la primera víctima de este año en el techo de América y reabre el debate sobre la edad máxima para enfrentarse a las grandes montañas. Había subido al Everest con 68.
El joven alpinista estadounidense subió el Aconcagua con 9 años de edad y el Kilimanjaro con 8. Quiere ir al techo del mundo en la primavera de 2016, aunque deberá conseguir un permiso especial de China o Nepal.
Hablamos con Karl Egloff sobre su récord en el Aconcagua con el que mejoró la marca de Kilian Jornet. El atleta suizo-ecuatoriano recuerda cómo preparó este objetivo y explica también los próximos: aunque le llueven las invitaciones, quiere centrarse en los kilómetros verticales y en su siguiente gran reto: el McKinley.
