Fabian Bühl desde la cima del Cerro Torre preparando el parapente
Fabian Bühl vuela desde la cima del Cerro Torre en parapente. Ascendiendo por el headwall
Fabian Bühl vuela desde la cima del Cerro Torre en parapente. Ascendiendo por el headwall
Fabian Bühl en la base del Cerro Torre
Fabian Bühl vuela desde la cima del Cerro Torre en parapente. Vista de la Adelas
Fabian Bühl vuela desde la cima del Cerro Torre en parapente. Subiendo Col. de esperanza
Este es el relato de Fabian Buhl de su escalada y vuelo en parapente desde la cima del Cerro Torre. Es la primera vez que se volaba desde ella tras ascenderla escalando (anteriormente se había volado en parapente desde la cumbre pero tras alcanzarla en helicóptero):
Me reuní con Colin Haley para Año Nuevo en Buenos Aires y fuimos a El Chaltén. Ambos teníamos grandes esperanzas de escalar algo bonito, pero sabíamos que las previsiones climáticas no eran muy buenas. El pronóstico daba más precipitaciones de lo habitual, por lo que la temporada se prevía mala. De todos modos, lo intentamos ya que Patagonia siempre es una apuesta por la meteorología y para hacer algo grande necesitas estar allí y ver.
No obstante, empezamos nuestra rutina diaria en El Chaltén consultado los modelos de previsión de viento de la NOAA y de cualquier lugar posible, solo buscando una señal de una ventana de buen tiempo, lo que podía ser frustrante a veces. Intentamos mantenernos tranquilos, pero desafortunadamente nuestro tiempo para escalar llegó a su fin y, al margen de algunas salidas de un solo día, no pudimos escalar mucho juntos en ese mes .
Sin embargo, nos divertimos y aprendí mucho sobre Patagonia gracias a Colin, ya que ha invertido tres años de su vida en esta increíble cordillera que conoce mejor que nadie.
«Quería estar entre el primer equipo en reabrir la ruta en esta temporada, ya que es algo especial»
Justo antes de tener que regresar a Europa, la meteorología cambió, estaba claro que venía una ventana fría pero buena, la cantidad de precipitación a priori no daba grandes esperanzas para la escalada en roca.
Después de considerar muchas opciones, pensé que sería genial escalar la ruta Ragni y volar desde el Cerro Torre . La formación de escarcha en esta ruta es única. Hay algunos años en los que la ruta está en grandes condiciones, pero este año no había sido hecha, por lo que no sabía qué esperar.
Sí que sabía que, por la experiencia, quería estar entre el primer equipo en reabrir la ruta en esta temporada , ya que es algo especial estar en un lugar tan increíble en la primera fiesta del año.
Pronto encontré un equipo muy motivado, Christophe Ogier, JB Tapie, Mathieu Perrussel, Raphaela Haug, Laura Tiefenthaler y yo. Hicimos dos cordadas y llegamos bastante antes de que todos estuvieran en la base, pero para reabrir esta ruta única, hay que limpiar mucho hielo.
Estaba realmente impresionado con la belleza de la escalada y las cantidades excesivas de hielo y nieve que tuvimos que limpiar. Especialmente la pared principal, que generalmente es un largo de hielo, estaba cubierta con 20 centímetros de escarcha y necesitó bastante trabajo . Éramos bastante lentos pero constantes, ya que llevábamos todo nuestro equipo encima.
«Escalamos el hongo de la cumbre antes del amanecer, tras pasar una fría noche»
En el hongo de la cumbre estaba claro que hacía mucho viento para volar, así que preferí mantenerme seco y dejar que la otra cordada realizara el trabajo, ya que muchos no traían equipo de vivac. Yo estaba centrado en volar en ese momento y sabía que tendría más oportunidades al día siguiente por la mañana , antes de que el sol estuviera en lo alto, por lo que no habría corrientes ni actividad térmica.
Por lo tanto, nos acomodamos para una noche fría y subimos al hongo de la cumbre antes del amanecer para disfrutar de la impresionante vista y sacar unas fotos como me había explicado Rolo Garibotti.
Para mi sorpresa, desgraciadamente el viento venía bastante racheado y en la dirección equivocada. Así que mi salto fue desde cinco metros por debajo de la cumbre, para protegerme y poder despegar a sotavento . Traté de concentrarme y seguir siendo razonable con mis elecciones, esperé un poco de viento y levanté la vela, pero desafortunadamente vino un poco de lado, así que tuve que parar y ajustar, lo que acortó mi fase de aceleración. Otros tres pasos más y el terreno se volvió mucho más empinado y salté un poco para cargar todo mi peso en la vela.
«Dejé que la adrenalina se apoderase de mi en ese despegue imperfecto»
Recorrí los 60° de pendiente, antes de que el parapente saltara por el acantilado y tuviera 1.500 metros de vacío debajo de mí, d ejé que la adrenalina se apoderase de mi en ese despegue imperfecto.
Disfruté mucho del hermoso paisaje, volando entre el Fitz y la Torre Range mientras salía el sol. Fue uno de los momentos más mágicos que he experimentado hasta ahora durante mi corta carrera de vuelo en parapente.
Después de 17 minutos de puro placer, aterricé muy suavemente en el glaciar de abajo y comencé mi camino de regreso a El Chaltén. Fue muy sencillo, me complació estar ya a mediodía en la ciudad tomando café. Pensé en mis amigos, que todavía tenían un largo descenso en rapel y, luego, una buena caminata de regreso .
Volar desde montañas como esta solo es posible si todo va bien y tienes la suerte de que el viento está de tu lado. Hasta el momento, se ha volado tres veces desde la cima del Cerro Torre, pero todos fueron transportados en helicóptero a la cumbre . También los hermanos Pin escalaron la ruta Ragni en 1988, pero no tuvieron suerte con el viento y necesitaron rapelar. Me siento súper afortunado de haber tenido la suerte de escalar y poder volar.