Los polacos marcaron hace tiempo su propio calendario para optar a la primera ascensión invernal al K2. Decidieron que se prepararían a fondo para conseguir su objetivo con las máximas garantías posibles de éxito durante el invierno de 2020-2021 y este año van a realizar una especie de ensayo general con sus mejores hombres en el Batura Sar (7.795 m), situado en el Karakórum más occidental.
Batura: una arista de 11 km a 7.000 m
El Batura Sar, también conocido como Batura I, no es una cumbre demasiado popular desde la perspectiva del alpinismo, debido a esa situación aislada. De hecho, a pesar de que la subcordillera Batura Muztagh pertenece al Karakórum, se encuentra más cerca del Nanga Parbat (a unos 140 km) que del K2 (a 180 km). Lo que básicamente significa que está lejos de todas partes.
La elección polaca, sin embargo, no es gratuita. Se trata de la décima montaña más alta de Pakistán y la 25ª del planeta, que además registra una prominencia de más de 3.300 metros, con paredes que superan los 3.600 m verticales. Presenta, encima, una de las aristas más impresionantes conocidas: son 11 kilómetros de distancia en los que nunca se baja de los 7.000 metros.
La primera ascensión del Batura Sar está envuelta de cierta nebulosa. En 1959, una expedición germano-británica podría haber alcanzado la cumbre, pero sus cinco miembros fallecieron en la montaña y no existe confirmación de que hubieran hollado el punto más alto. La primera ascensión confirmada data de 1976 y corrió a cargo de los alemanes Hubert Bleicher y Herbert Oberhofer.
Meteorología horrenda y el equipo A de los polacos
Además de notables dificultades desde la perspectiva alpinística, la expedición polaca tiene asegurada una buena inmersión en la horrenda meteorología invernal del Karakórum. Lo garantiza el único intento de ascensión al Batura Sar realizado en invierno. Fue en 1981 y estuvo protagonizado por los austriacos Alois Furtner, Edi Koblüller, Franz Six y Gustav Ammerer, quienes reportaron solamente cuatro días de tiempo claro a lo largo de las 42 jornadas que duró la expedición. Consiguieron ascender hasta una cota de 6.300 m.
Para enfrentarse a este objetivo, la organización polaca ha escogido a los cuatro alpinistas destinados a conformar las dos cordadas que lideren los esfuerzos en el K2 el año que viene. Con Adam Bielecki como hombre de cima indiscutible, también estarán los experimentados Rafal Fronia y Piotr Tomala, así como el más joven Filip Babicz, que hasta ahora ha destacado básicamente en la disciplina de la escalada mixta y drytooling extremo.
