La semana pasada se anunciaba la última apertura de Christian Ravier y Martín Elías, la vía Al horreya! en la Paret de Catalunya de Montrebei. Hacía tiempo, seguramente desde la apertura de Caramba con Martín Elías y Vincent Séger en 2009, que el nombre de Christian Ravier no aparecía en los titulares y hemos aprovechado la excusa para volver a contactar con él.
No es fácil decir algo nuevo sobre un hombre de montaña con todas las letras. Christian Ravier es descendiente y digno sucesor de una estirpe montañera de dimensiones gigantes, la de los gemelos Jean y Pierre Ravier (su tío y su padre), una cordada legendaria. Él mismo lleva más de 30 años recorriendo los Pirineos, la cordillera a la que se siente especialmente ligado y que ha recorrido de un extremo a otro en busca de paredes y líneas dibujadas en la roca.
Con la residencia fijada en Pau, a los pies de la vertiente norte de los Pirineos, su profesión de guía y su pasión montañera lo han llevado a escalar rutas clásicas y a abrir otras nuevas ya sea en la cordillera hispano-francesa o en países como Marruecos o Jordania.
Dice de él Martín Elías
Martín Elías ha compartido innumerables horas con Christian Ravier en los últimos años. Les pedimos que nos cuente cosas de él. El alpinista riojano explica que “a Christian le conozco desde hace cinco años, nos encontramos en el rocódromo de Pau durante su construcción, a él le faltaba una llave del 15 y yo tenía una de la marca ‘bellota’, a Christian le gustó mucho y así empezó una bonita historia. Fue él quien me animó a trasladarme a Pau, él y su familia, estuve viviendo unos días en su casa e incluso se enfadaron cuando les dije que había encontrado un piso donde vivir y dejar de molestarles; son gente magnífica”.
Para Martín, Christian “es un tipo entrañable, encantador y con un discurso sobre la montaña y la sociedad en general muy interesante”, aunque reconoce que “qué os voy a contar, si es mi mejor amigo… está siempre liado organizando eventos en Pau, siempre hay gente en su casa discutiendo sobre política y sociedad, es un humanista, de esas pocas personas que todavía cree que una sociedad mejor es posible y te lo hace ver día a día, tiene cuidado en cada gesto cotidiano, ayuda a todo el que puede y todo esto acompañado con un sentido del humor increíble; ahora trasladamos esto a la vertical y el resultado son las vías de Christian, divertidas y comprometidas. Compartir un largo o un café con él siempre es un viaje guapo”.
En cuanto a su faceta como alpinista, Martín Elías destaca que “es un escalador polivalente y súper fuerte; es increïble cómo le empiezan a brillar los ojos cuando le hablas de una vía o de ir a escalar, es un personaje increíblemente motivado por descubrir nuevos lugares, escalar cualquier cosa que supere un largo de longitud”.
Palabra de Christian Ravier
Christian Ravier tiene una mirada pícara e inquieta, seguramente a juego con esa personalidad dibujada por Martín Elías -¿quién puede conocerle mejor?-. Le preguntamos su opinión acerca del Pirineo y de los alpinistas. No quiere responder a la pregunta de “dicen que eres uno de los mejores alpinistas”. La ataja con la reflexión “pienso que este camino que siguen los hombres como referencia desde hace tanto tiempo es una absurdidad y un peligro a la imagen de nuestra sociedad”. Toda una declaración de intenciones.
¿Cómo definirías los Pirineos, para alguien que no supiera nada de estas montañas?
Cuando hablo de los Pirineos, me alejo muy rápidamente del carácter puramente geográfico de esta cordillera nacida de los caprichos fogosos de la placa ibérica, para interesarme sobre todo en esta comunidad apasionada por las montañas. El pirineísmo de todas las épocas ha sido un movimiento plural; artistas y científicos son sus raíces, inspira a los escritores… Desde el buscador de setas al más consumado escalador, quien ama los Pirineos se convierte en pirineísta, a menudo sin saberlo. Atraído por la verticalidad, yo formo parte de esta comunidad. Podría decir que, por la parte de mi trabajo como guía, también la nutro. Acabos de terminar con Rémi Thivel y Martín Elías, una topo de las paredes de Ordesa, una de las joyas de la cadena. La escritura para transmitir, en dos lenguas como las dos vertientes de los Pirineos.
¿Cuáles son tus próximos objetivos?
Busco la pared escondida, aquella que ha sido olvidada. Entonces, habrá que conocerla bien y encontrar el camino de la piedra. Es una experiencia compartida. La cordada es la más rica de las experiencias.
Últimamente, has escalado mucho con Martín Elías, ¿cuál es tu opinión sobre él?
La primera vez que escalé con Martín Elías, vi que se ponía los pies de gato con calcetines… Ese confort que se permitía en detrimento de una muy hipotética precisión, no lo podía hacer alguien claramente malo… Desde entonces, cada instante compartido no ha hecho más que reforzar esa primera impresión.
¿Qué piensas de los alpinistas españoles en general?
En los Pirineos, yo miro hacia el sur. A menudo, irresistiblemente atraído por las ‘sierras’. La belleza de los paisajes conduce al encuentro. Para mí, ellos son del sur, ellos dicen que están al norte; poco importa, son a menudo gente que no tienen el miedo a perderse. Yo amo las montañas habitadas antes que nada; más allá de Gibraltar, amo el Atlas y los desiertos.
¿Cuál es el futuro del alpinismo?
¿El futuro del alpinismo? Que cada cual pueda encontrar su edad de oro y su plenitud… La quiebra de Aramon sería también una buena noticia.
