Ruta Makalu del equipo Ukraniano el 24 de AbrilUna gran expedición ucraniana comandada por Yuri Kruglov y formada por un total de doce alpinistas han conseguido trazar la primera ruta sobre la vertiente suroeste del Makalu (8.485 m), la quinta montaña más alta del planeta. El domingo por la tarde, hora nepalí, tres de sus miembros Serguey Bublik, Dmitry Venslavovsky y Vladimir Roshko alcanzaron su cumbre tras casi cincuenta días de trabajo y emprendieron el descenso por la ruta normal.
Los ucranianos se instalaron en el campo base del Makalu el pasado 7 de abril y desde entonces han estado trabajando duramente en la cara suroeste de la montaña para intentar conseguir su objetivo. Las nevadas y sobre todo el fuerte viento que ha batido la zona durante este tiempo han dificultado la tarea de los alpinistas, que finalmente han conseguido llevarse el gato al agua.
Bajo la dirección de Yuri Kruglov, la expedición se dividió desde un buen principio en tres equipos, que fueron progresando alternativamente por la vertiente para ir instalando un total de cinco campos de altura, además del campo base avanzado desde el que se coordinaba toda la operación.
Crónica del ataque a cima
MakaluDos semanas seguidas de mal tiempo dieron paso a una prevista ventana de buen tiempo para el 16 y 17 de mayo. La maquinaria de la expedición se puso en marcha para intentar aprovecharla, y el equipo formado por Andrew Kijko, Maxim Perevalov y Vladimir Klebansky invirtió dos jornadas en alcanzar el C4 (7.500 m) y otros dos días para superar los 300 metros de desnivel que les separaban del C5 (7.800 m).
El viento y la nieve frustró ese ataque, y provocó símtomas de congelación a Kijko y una bronquitis aguda a Klebansky, que les obligaron a descender el 19 de mayo. Aunque el viento continuaba siendo muy fuerte, con rachas de hasta 150 km/h en la cima, los otros equipos de la expedición se pusieron en marcha, con la vista puesta a una ventana de buen tiempo prevista para el pasado fin de semana, del 22 al 24 de mayo.
El 21 de mayo llegaban al C5 Sasha Zakolodny y Serguey Pugachev. Ambos debían intentar hacer cumbre al día siguiente, pero también tuvieron que darse la vuelta. La siguiente oleada de alpinistas, sin embargo, ya estaba a punto para darles el relevo. Bublik, Roshko y Venslavovsky alcanzaron el C5 el pasado sábado 22 de mayo, en buenas condiciones para intentar la cima al día siguiente.
Un día de cumbre ideal
El día de cumbre, se confirmaron los mejores augurios del meteorólogo de la expedición, el doctor Gabl de Innsbruck. El cielo amaneció despejado por primera vez en veinte días y no había viento, además de registrarse un sensible aumento de la temperatura.
Mientras los sherpas se afanaban para fijar cuerdas en el tramo superior de la ruta normal, los ucranianos avanzaban con rapidez y seguridad por encima de los 8.000 metros. La parte más dura de esa parte de la ruta de la cara SO se encuentra entre los 8.300 y los 8.400 metros, cuando tienen que superar un muro de rocas que, tras varias horas de esfuerzo, les conduce hasta la arista somital. Allí, y pese al fuerte viento de los últimos días, se encuentran un buen grosor de nieve, que les obliga a abrir huella y a ralentizar todavía más su ritmo.
Pero nada se puede interponer ya en su camino hasta la cima, que consiguen alcanzar a las 18 horas. Allí se encuentran con montañeros franceses de una expedición comercial llegados por la ruta normal, ahora totalmente equipada con cuerdas fijas por los sherpas. Con esto, deciden emprender el descenso por dicha ruta normal, que les llevará con mayor seguridad hasta el campo base, en el que se les espera mañana.
