Mantuvimos esta vídeo-entrevista con Carla Pérez cuando se encontraba en Kathmandu, a punto de partir al Dhaulagiri. En aquel momento su plan era intentar una nueva ruta con su compañero Esteban “Topo” Mena y el norteamericano Cory Richards. A los pocos días de llegar al campo base Cory decidió abandonar la expedición. Para Carla y «Topo» aquello representó un “jarro de agua fría” que les obligó a cambiar su objetivo por la normal del Dhaulagiri.
En esta entrevista hablamos con Carla un poco de todo, no sólo de montaña sino de muchos otros temas: de su relación de pareja con “Topo”, con quien comparte cordada en la montaña y en la vida; de alpinismo femenino; del riesgo y la muerte; de la influencia de su madre; de las decisiones más importantes que ha tomado en la vida, como abandonar una muy buena oferta de trabajo para convertirse en guía de montaña; de lo que es estar sin oxígeno a ochomil metros; de lo que representó para ella ascender al Everest y K2 sin oxígeno…
Son muchas las ideas que nos transmite en esta conversación que, sin duda te va a inspirar y motivar. Estas son algunas de ellas:
“La montaña nos ha enseñado que es tan poderoso lo que puedes experimentar allí arriba que va más allá de tu religión, de tu género, de tu edad. Lo vemos con Carlos Soria. A veces nos ponemos tantas limitaciones a nosotros mismos… Como mujer es muy bello formar equipos en los que hay de todo: distintas nacionalidades, distintos géneros, porque al final todos aportamos….”
“Siempre he soñado con ir a lugares desconocidos. No soy la persona más técnica, pero siempre he ido bien en altura sin oxígeno. Me da muchos nervios, emoción, pero es un gran sueño… lo más importante es disfrutarlo al máximo».
“Hasta con los peores demonios del “Topo” me llevo bien, Y el también con los míos. El Dhaulagiri nos va a unir más, no solo como pareja sino como seres humanos. Con él puedo contar siempre”.
“¿Mi posición frente a la muerte? Me da miedo como a cualquier persona. Pero siento que la muerte no es mala. Siento que morir no es algo trágico, malo, una pérdida, Es una transformación. Es como la vida. No es lo que me enseñaron en religión, sino lo que he aprendido en la vida. Es un renacer. Da mucho miedo, pero no siento que sea algo terrible. Es algo muy doloroso para la gente que queda aquí. La forma en que concebimos la muerte es también muy dolorosa”.
“Empujo bastante los límites, pero no porque no tenga miedo porque soy muy miedosa. De alguna manera tengo plena confianza en que la muerte no es mala y siento esa conexión. Dejo fluir que la muerte venga cuando tenga que venir. Y no me peleo mucho con la idea de morir… En cualquier parte puede ocurrir una desgracia. Empujo lo que más que puedo hasta donde me sienta cómoda y feliz con lo que estoy viviendo”.
“En el año 2009 la primera gran escalada que hicimos fue la sur del Aconcagua, a la que nos lanzamos super locos. Cometimos errores en la logística, entre ellos no llevar suficiente comida. Perdí 12 kilos Tuve momentos en que pensé que iba a morir. Y experimenté mucha paz respecto a esta posibilidad. Sentí que mi vida había sido muy plena y estaba dispuesta a morir. En aquel momento de di cuenta de que la muerte no es mala sino parte de la vida”.
