Carlos Soria durante el primer intento que realizó al Dhaulagiri en la primavera del 2022.
Carlos Soria durante el primer intento que realizó al Dhaulagiri en la primavera del 2022.
Carlos Soria durante el primer intento que realizó al Dhaulagiri en la primavera del 2022.
Sito Carcavilla y Carlos Soria en un momento del primer intento que realizaron en el Dhaulagiri en abril 2022.
Carlos Soria durante el primer intento que realizó al Dhaulagiri en la primavera del 2022.
Sito Carcavilla, Carlos Soria y Mikel Sherpa de regreso en el campo base del Dhaulagiri en la primavera del 2022.
Carlos Soria llegando al campo 3 del Dhaulagiri en su intento del año 2017
Dhaulagiri ruta normal de ascensión que tiene previsto seguir Carlos Soria.
Estas son algunas de las ideas que nos transmite en este podcast:
«Nada más llegar al campo base vivimos la cara y la cruz de la montaña: un equipo había hecho cumbre, muy rápido, muy bien, con una montaña en muy buenas condiciones, casi invernales, con nada de nieve y una temperatura primaveral; y dos días después Antonios Sykaris moría de agotamiento cuando descendía de la cima, llegando al campo 3″.
«El Dhaulagiri no es una montaña especialmente difícil pero sí delicada, complicada, peligrosa. Una montaña en la que el último día tienes una jornada muy dura. Por eso tienes que tener muy claro que has de tenerlo todo a tu favor para poder afrontar el intento a la cima; al menos ese es nuestro enfoque».
«El Dhaulagiri comienza en el campo 3 y termina en el campo base . Llegar al campo 3 es relativamente sencillo si las condiciones son buenas, pero del campo 3 a la cima es donde está la miga . El día de cima es complicado. Incluso cuando alcanzas la cima lo sigue siendo porque empiezas a bajar y no pierdes altura rápidamente porque tienes la travesía…»
«Es una ascensión en la que siempre estás muy tenso porque incluso el campo 2 y campo 3 no están en lugares seguros . Es difícil que la montaña esté en buenas condiciones y en cualquier tramo hay riesgo».
«He pasado alrededor de una docena de noches en el campo 3, que es uno de los más incómodos que hay en todas las normales de los ochomiles. Estar en él significa saber que estás haciendo lo que te gusta -alpinismo-, en una montaña que te gusta -el Dhaulagiri-. Una montaña espectacular en la que tienes opción de ir a la cima. Es un campamento aéreo, incómodo y ventoso. Es muy duro porque no hay sitio donde montar las tiendas. Tienes que cavar una repisa».
«Tenemos unas líneas roja que no queremos cruzar . Una de ellas es que no salimos del campo 3 sino tenemos antes cuatro horas o cinco para hidratarnos, descansar y comer».
«Nuestro primer intento fue muy tempranero porque llevábamos solo cuatro días en el campo base pero estábamos aclimatados y la previsión de la meteo era buena».
«Carlos Soria es un ejemplo excepcional de motivación, fuerza, energía, oficio… es la leche. Siempre que Carlos está en un campamento base es la referencia. En Nepal, en el Himalaya, es una superestrella. Es sorprendente la admiración que despierta no solamente en los occidentales sino también en los propios nepalíes y que, sin embargo, en España no sea reconocido ese papel . Aquí es toda una eminencia».
«Es algo inédito que alguien con una prótesis de rodilla se esté moviendo por estos terrenos tan complicados, tan variables, sin una rodilla natural -que tiene mil sensores que te indican muchas cosas que no tienes en una prótesis-«.
«Una prótesis está pensada para una vida normal, no para una vida deportiva y mucho menos en ambientes como estos. Genera muchas complicaciones, sobre todo con nieve profunda porque ahí hay un límite mecánico que no hay manera de superar, pero a Carlos le veo moverse muy bien. Le cuestan más las bajadas con nieve profunda que las subidas».
«Con Carlos tengo una sintonía estupenda. Con él estoy muy a gusto. Muchas veces no tenemos ni que hablar. Yo ya sé lo que está pensando y él lo que estoy pensando yo. Una expedición con Carlos es ir con la persona con la que tengo una sintonía total y absoluta. Y una confianza plena».
«Sin patrocinador vivimos más tranquilos, sin necesidad de contar nuestras experiencias, sino de disfrutarlo y vivirlo para nosotros».
«Tengo muchas ganas de subir esta montaña pero, sobre todo, tengo muchas ganas de que suba Carlos y estar con el ayudándole, aunque solo sea una ayuda moral porque no necesita ayuda física. Si puedo formar parte del equipo que llegue con él a la cima sería muy feliz. Carlos no necesita esta cumbre para su trayectoria pero sí para su proyecto. Esta montaña representa la voluntad, la tenacidad de querer subir una montaña y, sino lo consigues, de intentar mejorar, de entrenar, de hacer los posible para llegar a esa cumbre que tanto deseas».
«Hay quien dice que Carlos está obsesionado por el Dhaulagiri. Te aseguro que alguien que está obsesionado no se da la vuelta a 80 metros de la cumbre. La obsesión por una montaña no la marca el número de veces que vas a ella sino por cómo te aproximas. No hay más que ver la cara de Carlos cuando te habla del Dhaulagiri. Lo hace de una montaña a la que quiere, a la que admira, a la que tiene muchas ganas de subir pero por la que tiene claro que hay un precio que no piensa pagar por alcanzar la cima. Por eso si hay que darse la vuelta se la da».
«Carlos Soria representa la tenacidad , la ganas de superación a los 83 años, el saber que tienes una prótesis de rodilla y a pesar de ello lo vas a intentar, porque vas a dar todo lo que tienes. Por eso el Dhaulagiri representa en él la cumbre de la motivación y la ilusión por el alpinismo«.