Puede que a uno de los grandes misterios del alpinismo contemporáneo le queden pocas fechas de existencia. ¿Llegaron Cesare Maestri y Toni Egger en 1959 a la cima del Torre como, en principio, se supone? Salvaterra, su compatriota Alessandro Beltrami (que ya le acompañó el año pasado para abrir una vía por la cara este en el mismo Torre junto a Giacomo Rossetti) y el argentino Rolando Garibotti intentarán dar respuesta a este enigma. Según Salvaterra, «yo no creo que Maestri y Egger llegaran a la cima, porque no hay pruebas, pero me alegraría enormemente si nosotros las encontramos».
La polémica y la duda siempre han rodeado a la ascensión realizada por el italiano y el austriaco en 1959. Maestri, que fue el único que sobrevivió a la cordada, afirmó que él y Egger habían hecho cumbre, pero no pudo demostrarlo, al haber desaparecido su compañero, y su cámara de fotos con él, durante el descenso en una avalancha. Años después, algunos restos de Egger fueron encontrados, pero entre ellos no estaba la cámara. El italiano siempre ha tenido que soportar la sombra de la duda sobre su ascensión. Su testimonio no ha sido considerado suficientemente convincente.
Estilo limpio y ligero
Casi medio siglo después, además, la controversia continúa, porque los poco más de dos días que tardaron en escalar los 700 metros verticales de pared son considerados poco tiempo. Maestri siempre ha alegado que la velocidad de subida fue tal debido a que subieron casi continuamente sobre nieve, lo que les facilitó enormemente el trabajo, y que por esa misma razón otras cordadas que han intentado más tarde esa vía no han encontrado pitones ni tornillos de hielo.
En cualquier caso, el equipo formado por Salvaterra, Beltrami y Garibotti ha declarado que intentará la ascensión en estilo alpino puro, muy ligero, llevando sólo consigo el equipo mínimo: sacos, fundas de vivac y los víveres indispensable. No llevarán ni tienda ni hamaca de pared, y esperan hacer un asalto rapidísimo, quizá con la esperanza de que el infernal y voluble tiempo patagónico no les sorprenda en la pared.
Desde luego, la vía, incluso hoy día, sigue impresionando: 57 largos mayoritariamente de hielo de hasta 85 grados de inclinación, pasos de roca de VI y A2, y clasificada como de dificultad ED+. Todo un reto. Aunque si Maestri y Egger fueron capaces hace 46 años…
Fuente: colmar.it