Simon Messner y Martin Sieberer han estrenado la primavera con la apertura de una nueva línea en el Tirol que sirve de despedida de Innsbruck para el hijo de la primera gran leyenda de los ochomiles. Simon y su pareja se mudan de la capital del Tirol austriaco para comenzar una nueva vida al otro lado de la frontera italiana. Por este motivo, la nueva ruta que asciende el Schrammacher (Valsertal) se llama Goodbye Innsbrooklyn.
A lo largo de los últimos cinco años, Simon Messner había intentado este proyecto cuatro veces en total, sin mucha suerte: “o bien había demasiada nieve en invierno o bien demasiados desprendimientos de roca en primavera/verano, y otra vez alguien había robado nuestro depósito de material”, resume Simon.
Así pues, la elección de finales de marzo como momento ideal para un nuevo intento no fue casual: menos nieve que en pleno invierno y menos rocas sueltas que con la primavera avanzada. Eso sí, frío intenso garantizado para escalar con pies de gato a más de 3.000 metros. Así cuenta el propio Simon Messner la aventura en sus redes sociales:
Esta vez, Martin Sieberer y yo salimos temprano sobre esquís, subimos la característica rampa de nieve con botas de montaña, crampones y piolets para luego continuar con pies de gato (llevamos también un par de botas, crampones y piolets de reserva para los dos, así como dos barritas de muesli y 800 ml de líquido cada uno para ir lo más ligeros posible) y la táctica funcionó.
Llegamos a la arista entre el Schrammacher y el Sagzahn alrededor de las cuatro de la tarde. Qué placer terminar mi amado proyecto antes de que mi novia y yo dejemos Innsbruck para comenzar una nueva vida en el Tirol del Sur. ¡Gracias, Martin, por tu motivación para acompañarme y acabar esta ruta cinco estrellas!
Frío en la cara norte
Simon Messner apunta que “una repetición de la ruta requiere alpinistas completos y experimentados (nieve, hielo y roca quebradiza) y también una muy buena táctica”. Además, precisa que la aventura le ha costado leves congelaciones: “poco a poco, los dedos congelados de mis pies vuelven a la vida… llevar pies de gato todo el día en una cara norte claramente no fue la mejor idea”.