«El 15 de julio Simon Messner y yo hicimos cumbre en el inescalado Yernamandu Kangri (7180 m) en la cadena del Masherbrum, Karakórum. Las condiciones eran muy complicadas, pero logramos el objetivo en 3 días. Ahora estamos deseando llegar a casa», con este breve mensaje publicado hace unas horas informa Martín Siereber de la ascensión que han llevado a cabo.
Unos días antes ya lo había anunciado en sus redes “Discover Karakorum”, la agencia con la que han organizado la logística de la expedición. Los escaladores montaron el campamento base el 1 de julio, encontrándose solos, en contraste con el abarrotado base del cercano K2. Ha sido una temporada de mal tiempo en la que muchos equipos no han podido salir de sus tiendas durante días.
Según la lista de Eberhard Jurgalski (cronista en la web 8000ers), actualizada en marzo de este año, el Yernamandu Kangri era la décima montaña no escalada más alta del mundo. El primer lugar de esta lista lo ocupa Gangkhar Puensum (7570 m), la montaña más alta de Bután, ubicada en la frontera con el Tíbet/China, donde la escalada está prohibida desde 2003. Otros sietemiles no escalados están igualmente fuera del alcance de sus pretendientes por este mismo motivo.
Como indicaba Siereber, el Yermanendu Kangri se encuentra al sureste del Masherbrum, cadena montañosa que toma su nombre de su pico más alto, de 7.821 m, junto al que se ubica, elevándose sobre el glaciar Vermanendu.
La cordada del tirolés Simon Messner (32) y el austriaco Martin Sieberer (35) es una de las más sólidas del alpinismo actual. Juntos han firmado importantes actividades como la apertura de las exigentes vías Goodbye Innsbrooklyn y de Eremit ambas en Tirol invierno (en 2022 y 2021), y consiguieron escalar la Bonatti de la cara norte del Cervino en el día. También contaban con experiencia anterior en el Karakórum, donde realizaron la primera ascensión del Black Tooth (6.718 m) en el verano de 2018 y Simon ascendió en solitario al Toshe III.
Aunque todavía no disponemos de los detalles de su ascensión al Yermanendu Kangri, es más que probable que hayan seguido la línea de compromiso habitual de la cordada. El hijo de la leyenda de los ochomiles Reinhold Messner lleva en la sangre la herencia de la pureza de estilo que practicó y sigue defendiendo su padre.
Tal y como el mismo se definió: «Me considero un alpinista y, por lo tanto, comprometido con una larga tradición. No se trata de números, dificultades, tiempos. El alpinismo, ante todo, produce experiencia y no es medible ni comparable».