El idilio de Jonatan García con el Aneto vuelve a demostrarnos que, mirando con imaginación y voluntad, los retos pueden ser infinitos. Ya lo hizo con actividades como la ascensión de 51 tresmiles del macizo Maladeta-Aneto en 34 horas desde Benasque en 2021, que después plasmó en una película. Tampoco es nuevo su encadenamiento de varias crestas en “su” macizo, pues el año pasado ya consiguió recorrer Salenques, Llosas y Alba en 20 horas, una actividad destacada que ahora ha conseguido llevar un paso más allá añadiendo la de Cregüeña.
Llevaba años soñando con esta actividad y preparándola con muchas horas de “entrenamiento” en el macizo. Raro es el día que no salga a escalar, correr, volar en parapente, montar en bici o cualquier otra actividad que, además de exigirle y mantenerle en forma, le ayuda a profundizar en su conocimiento del terreno.
«Quería hacerlo a principios de verano, que por norma general es cuando se camina mejor y porque los días son más largos, pero no fue posible porque había demasiada nieve. Mi intención era hacerlo con una zapatilla que tengo a la que he hecho modificaciones, con suela Vibram Megagrip y una polaina, con la que no era posible abrir huella».
Jonatan García
El reto que él mismo se había propuesto era recorrer las 4 crestas en un máximo de 24 horas:
«Pienso que cada reto tiene que tener un sentido, no todo vale. Si a las 24 h no lo había conseguido me daría la vuelta, porque significa que no estaba todavía preparado para este proyecto».
Por fin el pasado lunes 10 de julio se dieron las condiciones ideales para intentarlo. Como suele hacer, salió de su casa en Benasque en bicicleta a las 0.00h (a 1100 m de altitud), pedaleó hasta la Besurta (1900 m), donde dejó la bicicleta una hora y media después.
Desde aquí se dirigió hacia el collado de Barrancs para afrontar la primera cresta, la de Salenques.
«No empezó muy bien porque se preveía algo de viento de sur-suroeste pero sin embargo hizo un viento muy marcado de oeste y con una nube de humedad que mojó un poco la cresta y me obligó a escalarla con más cuidado y más despacio de lo habitual». A mitad de la cresta comenzó a amanecer, salió el sol y cambió el viento, dejando seca y adherente la roca. A las 6:30 superó el Pico Tempestades y a las 7:30 pisó por primera vez en esa jornada la cumbre del Aneto.
Bajó por Coronas y fue directo al inicio de la cresta de Llosás, que recorrió rápido, sacándole una hora de ventaja al reloj, según el horario que había previsto. Segunda cumbre del Aneto a las 11, vuelta a bajar y camino al collado del Aragüells para afrontar la cresta de Cregüeña con sus tres agujas (Cregüeña, Haurillon y Juncadella).
Tras terminar la tercera cresta, vuelta a bajar al collado del Aragüells para seguir bajando a la vertiente de Cregüeña, desde aquí subir al ibonet de Cregüeña y llegar a la brecha de inicio de la cresta del Alba a las 17 h.
«Normalmente esta cresta se hace subiendo por la vertiente de Alba, subiendo por los baños, pero a mí me venía mejor cogerla desde aquí. Fue uno de los errores que cometí la vez anterior, pues después de escalar Llosás, desde la cumbre del Aneto me fui hasta el Portillón Superior y de ahí me crucé toda la vertiente de las Maladetas dando un gran rodeo para llegar hasta la vertiente de Alba y empezar esa cresta, lo que me hizo perder mucho tiempo. Así que esta vez tomé esta opción mejor y más directa».
A las 19.15h llegó a la cumbre del Pico Alba finalizando las ascensiones, pero le quedaba volver a la Besurta, donde estaba su bicicleta. El regreso lo hizo por la oeste del pico Mir, llegando a la Renclusa a las 21 h y a la Besurta a las 21:30. Pedaleada cuesta abajo y vuelta a su casa en Benasque a las 22h, precisamente 22 horas después de haber empezado. Detrás quedaban 56 km recorridos y un desnivel positivo de 4580 m.
Explica que el momento fue el ideal pera esta actividad, con abundante agua en la montaña:
«Para proyectos de estas características es un lujo vivir en los Pirineos, donde tenemos muchos avituallamientos naturales para coger agua en muchos lugares, que te permiten este tipo de actividades tan largas estando continuamente hidratado. Evidentemente tienes que tener cuidado con el agua, yo suelo llevar unos polvos que potabilizan el agua y añaden sales y otros componentes que me dan energía».
«Tengo la suerte de que escalo para mí, sin ninguna presión frente a ninguna marca ni a nadie. Me lo he pasado genial y sobre todo creo que la gente que conoce el valle de Benasque puede valorar este tipo de proyectos que son bonitos y motivarles a encontrar los suyos propios».
Jonatan García
«El día en sí del proyecto es el menos importante. Vale que después puedes decir que lo has hecho, pero realmente lo importante es todo lo que hay detrás. Tengo hechas más de 45 crestas de Salenques, 40 crestas de Llosás, 30 del Alba, unas 8 de Cregüeña… La mayoría hechas en solitario. Soy un fanático del minimalismo, pero a la vez manteniendo la seguridad. Intento ir con la cuerda siempre con los metros que necesito, del diámetro exacto, llevar el material preciso… Todo esto me genera salir con motivación cada día para experimentar, probar nuevas cosas, materiales, mis métodos… Y es todo este aprendizaje de cada día lo que me permite conseguir actividades como este encadenamiento. No miro tanto al día de ayer, sino diez años antes. En el año 2013 hice mi primera Salenques y tardé 13 horas, hacer algo como lo de ahora para mí era impensable. Todo el tiempo que he pasado en la montaña cada día, conociendo cada rincón y conociéndome a mí mismo, es para mí lo valioso».
Jonatan García
Material empleado
«Llevaba una mochila de 12 litros de la marca Dynafit pero que la tengo completamente modificada. Tengo la suerte de que mi madre es una modista muy buena (desde los 16 años y tiene 65), así que la tengo frita con todas las peticiones que le hago. En concreto a la mochila le pusimos un frontal totalmente nuevo elástico, le añadimos un portapiolet con sujeción en la parte superior, portabastones, le aumentamos los portabotellines…
De material llevé unos crampones hiperligeros de Camp, dos bastones de trail de Leki de carbono, el casco Sirocco de Petzl, el Escaper de Beal (que utilicé en la cresta de Llosas), una cuerda de 30 m y 5 mm de Beal, un Camalot de 0.75 (para un paso en la cresta del Alba), un arnés de Camp (que solo pesa 68 g), dos cintas de Edelrid, un mosquetón normal y otros dos con seguro, una cinta de 120 cm y un frontal de Fenix bastante potente, con pilas de repuesto.
De bebida/comida dos botellines de agua de 500 ml, seis barritas, seis geles, dos botellines bebibles y polvos para el agua. También llevaba unos guantes, unos calcetines de repuesto, una chaqueta y lo que llevaba puesto: camiseta de manga corta, un maillot, una segunda capa de OS2O, zapatillas modificadas (con unas plantillas adicionales de carbono que utilizo para los pasos técnicos)».
Jonatan García
Fue un día perfecto, que sin embargo quedó empañado al enterarse a su regreso del fallecimiento el día anterior de Oswaldo Rivera, con quien había comenzado hace unos meses una estrecha colaboración y amistad, y que se iba a unir a su viaje a los Alpes al que parte en un par de días.
Suscribo todas y cada una de tus palabras,Andoni
Chapó la actividad. Que envidia tener la capacidad de estar ahí 22h a ese nivel de actividad rindiendo y disfrutando…
"Curioso" esto de comunicar al diario lo que haces para que te lo publiquen en cualquier caso.