Ni un mes han necesitado los franceses Benjamin Védrines, Léo Billon y Seb Ratel para realizar su ambiciosa Súper Trilogía Alpina invernal, escalando las vías directas históricas de las caras norte del Eiger, las Grandes Jorasses y el Cervino. Comenzaron con la primera invernal de la John Harlin direct a la cara norte del Eiger, del 12 al 16 de enero. Continuaron con la ascensión de Directe de l’amitié a la cara norte de Las Grandes Jorasses, que realizaron en libre. Y han terminado con la primera ascensión en el día de la Gogna-Cerruti (1.000 m, A2, 6b, M7) a la cara norte del Cervino.
Primera en el día
Los tres miembros del Grupo Militar de Alta Montaña (GMHM) francés dudaron hasta el último momento antes de meterse en la cara norte del Cervino. En la víspera de su intento, nevaba y soplaba el viento; las previsiones no eran excelentes y la ventana de buen tiempo a la que se aferraban era demasiado corta. Así las cosas, optaron la audacia y apostaron por la única opción que les brindaba: hacer la vía en el día.
La jornada elegida fue la del miércoles 9 de febrero y entre su ligero equipo no figuraba ninguna de las piezas necesarias para realizar un vivac, a pesar de que los partes meteorológicos advertían de la entrada de fuertes vientos aquella misma noche. “¡Había que salir costara lo que costara!”, precisa Benjamin Védrines en sus redes sociales, donde añade que eran conscientes de que “no teníamos el derecho de cometer un error”.
Y no lo cometieron. A las 18:20 horas de aquella tarde, tras una larga jornada de escalada, alcanzaban la cima del Cervino (4.478 m): “Fue un inmenso alivio y una gran felicidad. Era la cima de nuestra trilogía y nos emocionamos por haber llegado al final. Subir las rutas históricas directas de las tres grandes caras norte de los Alpes en invierno, ¡hecho!”.
Tres amigos, tres vías, tres estilos
En el momento de hacer balance de la aventura que ha resultado ser esta Súper Trilogía Alpina invernal, Benjamin Védrines ha hecho hincapié en la importancia de la cordada:
No podría haber pedido más con esta cordada de amigos. Es raro llevarse tan bien en estas empresas tan serias. Hemos demostrado una vez más nuestra eficacia, nuestra complementariedad y nuestro gusto por el alpinismo de verdad.
Una pizca de análisis, una pizca de compromiso y un puñado de motivación. Esos son los ingredientes necesarios para sacar partido de esta última ventana con precisión. Con este último golpe realizado en un «pañuelo de bolsillo», ¡la finalización de esta trilogía fue incluso más intensa!
Y por cierto, ¡primera ascensión al Matterhorn para Léo y para mí!
Tres amigos, tres caminos, tres estilos diferentes. ¡Una trilogía excepcional realizada con arte y estilo! ¡Gracias chicos!