¡Hay paredes que no se deberían escalar nunca! Deberían de quedar como un reducto para la mera contemplación. Son precisamente esas paredes olvidadas que tanto pasan desapercibidas, son esas paredes que ves por primera vez y que consigues leer, las que se clavan en tu alma como una daga que te desangra lentamente hasta que la conviertes en una fresca rosa de finas espinas.
Por fin llego el 13 de febrero de 2022. Un día con un amanecer de esos que curan heridas. El amenazante cielo avisaba de nevada pero tras la redolada del valle de Turbon, aguardaba ese espejito al que, una vez te encaras, ya nunca olvidas. Quieres recorrer la figura que refleja porque en realidad no eres otro sino tú mismo.
Hablamos de la Norte del Pico de Fenez, 2538 m.
Eukeni Soto y Garo Azkue completan esta historia en un lugar en el que la aventura se escribe con rojo.
Una méteo amenazante nos acompaña y tras llegar al cuello de Otal a las 9:30 am, comprobamos que nuestro objetivo, a la N del Pico de Otal, no estaba formada, por lo que pasamos al plan B que guardábamos para el segundo día. No es otro que la Norte del Fenez.
Hay que prestar atención a la entrada puesto que es algo avalanchosa (acumulación), seguimos sueltos por nieve algo húmeda a 45 grados por el corredorcito de entrada. Entramos tarde y comienza a nevar. Son casi las 11 am. Los primeros metros son fáciles aunque la exposición nunca falta en este grandioso rincón de paredes calizas fracturadas o compactas.
Llegamos a un nicho del que se sale a derecha con una levantada que nos meterá en un muro para evitar uno de esos diedros ciegos de miedo típicos de alta montana. Hay que dirigirse a un pinito y es fácil de encontrar, puesto que no encontraremos otro en toda la pared. Pasos acrobáticos de M5+ con un paso duro de proteger nos evitan el diedro con una salida antológica.
Ganaremos la vena central de la pared que solo abandonaremos si no besamos la rosa de finas espinas…
El L5 nos regalará un largo muy bueno con una salida a bloque de M6 para llegar por hielo/nieve a una angosta chimenea que se protege bien (M5+) y llegamos a una de las claves de la ruta. En la apertura monté reunión debajo. Nevaba, estaba empapando a Keny (no acostumbrado a esta roca como Garo y yo con varias aperturas en la zona…) le había costado el M6 de abajo y tiró a derechas, con lo que la cuerda tiraba como un demonio antes de bajarse y le diera yo…
Monto reunión y llega Garo. Sale escalando pero finalmente mete una chapa y, aunque la salida es obligada, tira de un A0 hasta que monta la R6 bajo un marcado desplome. Keny y yo conseguimos a duras penas de segundos liberar el paso.
En esa ocasión pensábamos que quedaban 3 largos más y optamos por rapelar en medio de la nevada mientras montábamos reuniones con bolt de 8 mm.
Llegamos con una nevada de órdago abajo y acabamos durmiendo en el primer techo que encontramos. Queso, vino, chorizo y nieve sobre los sacos. Dimos vueltas hasta que el amanecer nos echó de allí.
El pasado 9 de enero de 2024, volvemos Garo y el que escribe. Esta vez aprovechando un invierno algo seco y ante la inminente llegada de «Filomenilla 2» decidimos acceder por la pista del Cebollar. Tras subir al Tozal de Las Comas (2332 m) y descender a la collada para escalar la cara Sur de Fenez, tratamos de acertar con el aplomo de nuestra vena y rapelar la línea para escalarla desde abajo.
La aproximación resulta también larga mientras un amanecer a la altura de aquel del día 13 de febrero de 2023 ilumina nuestro camino. Hace mucho frio mientras escalamos tres largos de cuerda hasta la cima de M4, M5 y M3. Reuniones equipadas en bajada.
Desde la cima nos tiramos en rápel y nos engaña mandándonos al desplome. Toca escalar la diagonal por terreno muy “happy” hasta una reunión colgada que nos vuelve a engañar. Escalamos de nuevo en diagonal y a la tercera ya estamos en la línea. Rapelamos hasta el inicio de las dificultades y las escalamos todo lo rápido que podemos. Retiramos la reunión intermedia del primer M6+ (podría ser M7 a bloque) pero, aunque se protege con un buen Tótem verde, dejamos el bolt del A0 de origen. Lo escalamos los 2 sin usar el bolt pero esta roca a veces se rompe y el vuelo sería largo de saltar el Tótem (unos 16 m).
Garo escala el siguiente largo y escala un maravilloso sistema de fisuras desplomadas (M6+) con final apoteósico sobre coliflores de musgo helado a 95º. La vía se puede escaquear por la derecha pero somos fieles a todo lo que Fenez nos ha dado. Aquello que veníamos buscando no es otra cosa que a nosotros mismos para compartirlo mientras el brillo dure en nuestros ojos.
Le tomo el relevo mientras la primera estrella se refleja en este espejo. Estoy a punto de caer 2 veces (se me van 2 presas) mientras escalo a manos desnudas y a piolet una salida que no protejo bien hasta que no me monto a una fisura donde pondré un Tótem (M7).
Continuo fibrilando por un placaje donde destrozo una hoja para acabar poniendo un clavo, otro Tótem salvador me saca a un corredorcito hasta la cima.
Otro abrazo bajo las estrellas Garo, con un espejo bajo nuestros pies cansados y manos hinchadas, pero no tanto como esa rosa que habita…
Volveré.
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