Stefano Ghisolfi se halla de nuevo de viaje en la cueva de Hanshelleren en Flatanger (Noruega). Un lugar que conoce a la perfección y donde ha encadenado alguna de sus vías más duras, como la primera repetición que hizo en 2020 de la célebre Change, el primer 9b+ de la historia, obra de Adam Ondra.
En esta ocasión –ha coincidido allí precisamente con Adam Ondra y también con Jakob Schubert–, su objetivo es incluso más ambicioso. Se trata de dar definitivamente el paso adelante hasta el 9c. Un salto que quedó frustrado hace poco más de un año cuando propuso una decotación a 9b+ para Bibliographie en Céüse, tras realizar la primera repetición de esta línea sugerida de 9c por Alex Megos.
Desde entonces, se ha afanado en buscar proyectos que le devuelvan a la senda hacia el 9c. A principios de verano ya publicó otro vídeo en el que identificaba las dos líneas en las que iba a trabajar para ello: Excalibur en Arco y Silence en Flatanger.
Plafón, descanso y mucha cueva
En este nuevo vídeo, Stefano Ghisolfi destila motivación y muestra los entresijos de su denodado esfuerzo por hacerse con Silence. El escalador italiano, vigente campeón de la Copa del Mundo de Dificultad, usa como principal recurso el plafón que montó Adam Ondra en el camping cuando probaba Silence.
Allí entrena una vez por semana, tanto para ensayar los movimientos de la vía como mantener al máximo la forma física. Y es que mantenerse en buena forma hasta el final de la temporada es una de las claves para él. De este modo, sigue a rajatabla un plan semanal que incluye escalar en la cueva los lunes, martes, jueves y viernes, entrenar en el plafón los sábados y descansar los miércoles y los domingos.
Además, una vez en la roca, nunca le da más de dos o tres pegues a Silence en el día, para mantener alta la motivación. Después de esos intentos, se traslada a proyectos paralelos como Little badder 9a, Move 9b/+ o Move hard 9b, todas ellas variantes de una misma línea.