Prinzip Hoffnung significa, en alemán, «principio de esperanza» (o Principle hope en inglés, el otro nombre con el que es conocida la vía). No está claro por qué Beat Kammerlander escogió ese nombre para una vía que precisamente ofrece pocas esperanzas de éxito a quienes se fijan en ella. El escalador austriaco consiguió hacerse con ella cuando tenía 50 años, y la convirtió en una de sus realizaciones más celebradas. El vídeo de su aventura en aquella pared impresionó desde el primer momento, y pocos pensaban que esta línea podría llegar a convertirse en algo más que una locura de un pionero. Sin embargo, las nuevas generaciones de escaladores, motivados por la figura de Beat Kammerlander, se la han hecho suya y ya cuenta con tres repeticiones -dos de ellas en el último mes- y algunos pretendientes más -como Barbara Zangerl, que anhela la primera femenina.
El comienzo de la historia
La vía se encuentra situada en la Bürs Face de Vorarlberg, muy cerca de Bludenz, lugar de nacimiento de Beat Kammerlander. Él ya se había fijado en esa pared hacía tiempo -«estaba fascinado por ella», según sus propias declaraciones- cuando su amigo Marco Wasina realizó la primera ascensión de la parte baja de la pared, protegiéndose con bolts. Corría 1997 y sólo unos meses después, Beat Kammerlander repitió la línea de Wasina y le añadió una extensión que conecta con otra fisura a través de un tramo prácticamente liso de seis o siete metros. En total, 40 metros de vía con una dificultad de 8b/+, E9/10 marcada por agarres precarios y apoyos para pies deplorables: «A menudo los dedos te sangran y te dejas toda la goma de tus gatos en el intento; subir es una auténtica batalla», decía.
Nadie más pasó por allí en los más de diez años siguientes al encadenamiento de Beat Kammerlander, cuya mente fue madurando un plan maquiavélico: «Jugar limpio. Sentía que tenía que retirar los parabolts para intentarlo de una forma más limpia, cargando todo el material de protección. Para mí es la única forma honesta, aunque igualmente parecía un proyecto imposible. Pero, ¿no es eso lo que lo hace más interesante?»
Él mismo reconoce que le costó más de nueve meses prepararse -sobre todo mentalmente- para superar Prinzip Hoffnung. Pocas protecciones al inicio de la vía y la aterradora combinación de caídas largas sobre micro stoppers le significaron un «serio bloqueo mental». Y eso no es decir poco para alguien que ha abierto vías míticas como Silbergeier (8b+, 250 m) o Unendliche geschichte (8b+, 350 m) y que ha demostrado de sobras no tener miedo a las actividades expuestas, como en el solo integral de Mordillo 8a+.
Finalmente, Beat Kammerlander superó ese miedo con una doble cuerda para asegurarse y, después de varias caídas de entre 10 y 15 metros en la sección clave, finalmente y casi por sorpresa logró llegar hasta la cadena. Era el invierno de 2009.
Los repetidores
Desde entonces, las siguientes repeticiones no han tardado tanto en llegar, a pesar de que ahora la vía no tiene chapas y antes sí… El primero en repetir la creación de Beat Kammerlander fue su compatriota Alex Luger, quien lo logró a finales de ese mismo año 2009, cuando contaba con 22 años de edad.
Más de cuatro años después, la vía parece haber encontrado su lugar entre las clásicas más anheladas por los escaladores que la tienen cerca… El italiano surtirolés afincado en Austria, Jacopo Larcher, fue el siguiente en caer ante su atractivo. Después de mucho trabajarla, realizó un intento muy prometedor a principios de febrero. Sin embargo, justo después la placa quedó mojada durante varios días, mientras se acercaba amenazante la fecha de su inminente viaje a Oliana con Barbara Zangerl, que también la estaba probando. Inesperadamente, la pared se secó y Jacopo Larcher salió a intentarla de nuevo inmediatamente y entonces sí la completó, a última hora del día y cuando la incipiente oscuridad empezaba a dificultarle la visión de las presas.
En su opinión, los primeros 15 metros de la vía son los más difíciles de sobrellevar, aunque técnicamente no sean tan exigentes, a causa de lo poco protegidos que están y del elevado riesgo de sufrir una caída hasta el suelo. Según decía a Planetmountain.com: «Paradójicamente, la sección clave entre las dos fisuras es menos dura mentalmente, ya que si los micro fisureros se rompen, hay algunos buenos fisureros diez metros más abajo, con lo que no te arriesgas a una caída hasta el suelo». Jacopo Larcher expresaba su felicidad, y remarcaba el hecho de que «esta ha sido mi primera vía realmente dura de escalada tradicional, y al principio ni tan siquiera me creía capaz de intentarla desde abajo».
Y pocas semanas más tarde, ya este mes de marzo, ha sido un alemán (también afincado en Austria, por estudios) quien ha firmado la cuarta ascensión de Prinzip Hoffnung. Curiosamente, tampoco se trata de un especialista en este tipo de vías, sino que el protagonista de esta escalada ha sido Fabian Buhl, un reputado bloquero en cuyo currículum figuran líneas como Dreamtime 8C de Cresciano. Según explicaba él mismo a UKClimbing.com, la segunda fractura de tobillo en seis meses le privó de continuar blocando por unas semanas… así que decidió meterse en la vía de Kammerlander y así probar eso de la escalada tradicional. «Debido a que llevaba dos años sin escalar con cuerda, me quedé bastante sorprendido de poder escalarla en top-rope en mi segundo día», explica Fabian Buhl, a quien todavía le quedaba trabajo antes de encadenar: «De ahí en adelante, quería intentarla desde abajo, pero nunca había escalado con material, así que no sabía cómo sería mi fortaleza mental. Pero por suerte, sólo me caí una vez en mi primer intento, y después de eso tuve mayor confianza en las micro protecciones y pude escalar más relajado, esa fue la clave del encadenamiento».
Además de ellos, como ya ha anunciado, Barbara Zangerl le tiene también puesto el punto de mira en Prinzip Hoffnung. Así que la historia de esta nueva clásica seguirá escribiéndose más pronto que tarde.