La herida que dejó en la roca una cantera abandonada, pasada por el filtro de la creatividad y el compromiso de Beat Kammerlander, dio como resultado en 2009 la primera ascensión de Prinzip hoffnung, a cargo del icónico escalador austriaco. Desde entonces, ha pasado más de una década y la línea en cuestión, que cuenta con un grado de 8b/+ de escalada clásica, sin seguros fijos, se ha convertido en una referencia en su estilo y un auténtico test de psicología vertical.
La última persona en superar dicho test ha sido la alemana Lena Marie Müller, para quien Prinzip hoffnung ha sido su escalada clásica más dura hasta la fecha. A sus 28 años, esta estudiante de doctorado en la Univeridad de Innsbruck, encabezaba hasta ahora su currículum escalador con el encadenamiento de Mustang 8a en Cadarese (también de escalada clásica). De hecho, el 8b/+ de Prinzip hoffnung es el grado absoluto más duro que ha escalado, puesto que en deportiva no había pasado del 8a+.
Mínimo impacto
De ideología y formación ecologista, Lena Marie Müller decidió trabajar la vía desplazándose desde Innsbruck en tren, para producir el mínimo impacto ambiental. “En total, ahorré 2.000 km” de coche, aunque no pudo evitar ir en vehículo privado en los intentos desde el suelo, pues tenía que llevar varios crashpads con ella. En total, invirtió seis semanas en el proyecto, como ella misma cuenta en sus redes sociales:
Esa vía no me resultó fácil. Fue un proceso intenso durante esas seis semanas, desde scar los movimientos y el material, a la primera ascensión en toprope, pasando por la primera caída larga sobre los minúsculos empotradores. Y finalmente, coordinarlo con mi trabajo en la universidad. He experimentados muchos altibajos, pero el proceso de intentar esta vía ha sido muy valioso para mí.
Al final, la parte más dura para mí fue superar el miedo de los primeros diez metros. Aunque no es la parte más difícil de la vía, la escalada es compleja y los seguros son verdaderamente malos y podrían no aguantar una caída.
Es una línea tan fina la que separa el hecho de escalar una vía como esta o no que el encadenamiento final a veces me parece como un regalo. La hice en mi tercer pegue, después de caer la primera vez antes de la sección clave y la segunda vez justo al final de ella. En el tercer intento, tuve la suerte de pasar los movimientos inseguros.
Tercera, tras Zangerl y Cope
Además de otras varias muescas masculinas, el encadenamiento de Lena Marie Müller es el tercero protagonizado por una escaladora. Barbara Zangerl abrió el camino en 2014 con la primera femenina, seguida el año pasado por Nadine Wallner primero y Madeleine Cope después.
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Mínimo impacto es que ha seleccionado la forma que ella cree menos contaminante para hacer su proyecto lejos de casa. Pero parce que ha predominado su necesidad de escalar sobre el medio ambiente. Creo que habría que darle una vuelta a ese comentario.