Es cierto que no hay que dar demasiada importancia a las cifras y las letras de los grados en la escalada. Lo mejor son las vivencias acumuladas en cada vía y lo más importante es el poso que da el experimentar un estilo de vida único, basado en la superación personal más que en derrotar al adversario en comparaciones fútiles.
Sin embargo, los grados y su registro nos permiten también valorar de la manera que corresponde las trayectorias de los escaladores que más aprietan y han apretado históricamente. Revisarlos sirve para homenajear a aquellos que han llevado su pasión hasta cotas inverosímiles para otros.
La novena dimensión
El noveno grado es todavía el gran hito para muchos escaladores deportivos. A pesar de que son cada día más quienes pueden presumir del hecho de haber tachado algún ‘nueve’ en su carrera, todavía es algo que despierta admiración y motiva a muchos a machacarse en el rocódromo o en pegues infinitos hasta alcanzar ese sueño.
Y hay otros, un puñado de elegidos, que parecen vivir en la novena dimensión como en el salón de su casa. Escaladores que suman novenos sin parar y que, año tras año, acumulan cantidades ingentes de esa preciada cosecha.
Widowmaker, el noveno nº75 de Jorge Díaz-Rullo
Jorge Díaz-Rullo es uno de esa especie. Un par de días atrás informaba en sus redes sociales que la semana pasada había encadenado Widowmaker 9a en Margalef. Esta vía del sector Purgatori fue equipada en su día por Vicent Palau y recibió su primera ascensión a cargo de Ramon Julián en 2015. La primera repetición no llegó hasta cuatro años después, a manos de Gonzalo Larrocha, y más recientemente también la han repetido Tom Bolger y Loïc Zehani.
“Estuve muy cerca de encadenar la en mi segundo intento, pero luego me llevó unos cuantos pegues más pasar el último movimiento”, explicaba el escalador madrileño en sus redes sociales. Y se felicitaba por el hecho de que con este encadenamiento alcanzaba el icónico número de 75 vías de noveno grado.
Los más habituales en el ‘nueve’ español
Esas 75 vías encadenadas entre el 8c+/9a y el 9b+ colocan a Jorge Díaz-Rullo en el podio de los escaladores de nuestro país con más novenos en su libreta. De hecho, supera por una a las 74 que acumula Ramon Julián.
Por delante, solo tiene a otros dos monstruos de la novena dimensión, cuyos respectivos listados de vías encadenadas arrojan números superiores a los ochenta novenos. Según sus propios registros, la larga carrera del veterano Dani Andrada le ha permitido llegar hasta los 82 encadenamientos entre el 8c+/9a y el 9b, mientras que el incansable Jonatan Flor todavía lleva algunas más y a día de hoy lleva encadenadas 86 vías de 8c+/9a o mayor cotación…
Por supuesto, estos números marcan solamente una tendencia y muchas de las vías encadenadas por cada uno de ellos está abierta a diferentes opiniones en cuanto a su grado.
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