“Encontrar la mezcla de ingredientes para el entrenamiento mental de escaladores no ha sido fácil, y tampoco una casualidad. Comencé a escalar cuando tenía 15 años. Desde entonces, la escalada y el montañismo son una dimensión importante en mi vida. Desde el principio de mi vida montañera he sido observador, curioso y me han interesado especialmente los aspectos que relacionaban la montaña con los montañeros. Sin embargo, desarrollar una mirada atenta, flexible y abierta más allá de la práctica deportiva ha sido posible sólo después de un proceso de aprendizaje que aún hoy continúa.
Mi exploración del mundo interior comenzó a partir de una lesión de muñeca que se produjo cuando escalaba una fisura. No soportaba estar quieto, pensaba continuamente en la lesión. Estaba enfadado y triste. Leí un libro de Edward Bach y me entregué. Inicié un proceso terapéutico. En dos meses cambié por completo y descubrí un mundo nuevo para mí. Comencé a interesarme por la psicología, las terapias alternativas, la filosofía oriental y la palabra de los líderes espirituales.
Encontré en la unión de mi experiencia como escalador y las nuevas capacidades personales, una forma de retomar un antiguo esbozo de vincular la escalada y el desarrollo personal. Integrando toda mi experiencia, lo primero que hice fueron diagnósticos individuales, donde detecto las limitaciones de los escaladores y propongo una orientación hacia el cambio. También hago algunos talleres grupales sobre entrenamiento psicológico. Decidí contactar con Arno Ilgner, autor de Guerreros de la roca (Ed.Desnivel, 2008), obra que considero la más cercana a mi forma de vincular la escalada y el crecimiento personal. En mi opinión, en cuanto a entrenamiento mental para escaladores, Arno ha sabido como nadie mostrar de una forma clara y sencilla el laborioso trabajo que durante años elaboró.
Acompañé a Arno en su tour europeo de clinics, en los que enseña su método The Warrior´s Way y me certificó como entrenador habilitado para enseñar su método. Actualmente, realizo clinics de entrenamiento psicológico The Warrior´s Way por toda España, a la vez que continúo realizando diagnósticos individuales».
Más sobre sus clinics en su página web.
Psicología de la escalada
Reproducimos a continuación la primera entrega de la sección de entrenamiento mental para escalada, publicada en la revista Escalar nº 85.
Para lograr los objetivos propuestos en esta sección, utilizaré principalmente el método de Guerreros de La Roca, la propuesta práctica más inspiradora que conozco para mejorar la escalada; también la Programación Neurolingüística, decisiva en la comunicación con uno mismo y con los demás, el Eneagrama, útil para comprender los aspectos relacionados con la personalidad (ego) y la psicología Gestalt, con importantes aportes en muchos campos. Todas ellas técnicas, terapias y ciencias utilizadas en la actualidad por prestigiosos autores. Espero que esta propuesta os resulte interesante y os ayude a explorar nuevos territorios. Y espero también guiaros acertadamente en el camino.
EL MAPA NO ES EL TERRITORIO
Cada persona construye su propia visión del mundo y ésta difiere de un individuo a otro. Es decir, la realidad es diferente para cada persona. Lo que no sabemos, probablemente, es que somos prisioneros de la costumbre. Cualquier proceso de autoconocimiento y de cambio comienza por detectar en nosotros cuál es nuestra interpretación de la realidad (nuestro mapa del territorio), cómo desarrollamos un tipo de carácter o personalidad (ego) y, por lo tanto, cuáles son nuestros patrones y hábitos que limitan nuestro aprendizaje.
Construyendo el mapa:
Nuestro mapa del mundo lo construimos despues de que la información del exterior haya pasado por una serie de filtros. Estos filtros pueden ser cognitivos, como los valores, las creencias, la historia personal, los prejuicios…; o pueden ser sensoriales, como la vista, el tacto, el olfato, etc. Lo que hacen es omitir, generalizar o distorsionar la información con la que después interpretaremos la realidad. Una vez que sabemos ésto, sólo hay dos opciones y, queramos o no, elegimos una de ellas: perpetuar nuestro nuestro estado actual y continuar adictos al hábito; o iniciar el proceso de autoconocimiento para investigar cómo funcionan los filtros que limitan nuestra interpretación del mundo.
Ejemplo:
Un escalador visita una nueva zona de escalada en Asturias. Hay 8ºC de temperatura y mucha humedad. Se para debajo de una vía y duda si probarla o no. Tiene algo de musgo y le preocupa una posible caída en un parabolt que está algo alejado del siguiente. Finalmente, decide no escalar la ruta.
– El escalador ha interpretado que había un lugar peligroso. Posiblemente, está condicionado por alguna experiencia personal anterior (caída traumática por ejemplo). Sin embargo, a su compañero podría o preocuparle la caída, por lo que queda claro que utilizaría un mapa de la realidad distinto. Filtro cognitivo: experiencia personal. Filtro sensorial: vista.
– El escalador es murciano y está acostumbrado al calor. Seguramente construyó un pensamiento limitante a partir de recibir la información térmica. Podría tener frío, pero es el pensamiento generado a partir de la expectativa de que haga calor lo que limita su visión de la realidad. Su compañero estaba contento porque es escocés. Filtro cognitivo: expectativas. Filtro sensorial: tacto.
Cuando el escalador vio el musgo, reaccionó automáticamente y decidió no escalar la ruta. ¡Cómo voy a escalar una vía con musgo! En este caso, se produce una generalización de la información, al interpretar que una vía con musgo no se escala. Hay un importante limitante social. Filtro cognitivo: prejuicio. Filtro sensorial: vista.
Ejercicio práctico:
Ve a una escuela nueva sin croquis. Busca rutas que te gustaría escalar, sitúate debajo de ellas y apunta en una libreta todas las observaciones que se te ocurran. Ordena tus anotaciones en categorías: cuerpo, mente, emoción (aunque esto es algo avanzado, trata de diferenciar de donde proviene la información). Una vez tengas todas las observaciones, escala las rutas y vuelve a apuntar observaciones después de escalarlas… o bajar de ellas. Con toda la información recopilada, tómate un tiempo (hasta el próximo número de Escalar por ejemplo) para reflexionar sobre tus anotaciones. Busca especialmente patrones o hábitos que se repitan (si sueles fijarte en los seguros, si escalas unicamente en las mejores condiciones meteorológicas, si haces lo que los otros escaladores te aconsejan, etc). En definitiva, se trata de localizar en qué punto eliminas, generalizas o distorsionas información.
Lo que está claro en los comentarios es que, extrapolando el contenido del artículo, la peña tiene unos filtros distorsionantes que les impide siquiera entender lo que se les pretende mostrar, y claro, se quedan en el ejemplo del murciano. Lo entiendo, seguramente vuestro filtro cognitivo esté metiéndoos con una maza a dos manos en lo alto del cerebro, quizá porque os infravaloráis en secreto tanto que a quien os da una pequeña guía, lo lapidáis para ocultar vuestro miedo al fracaso.