PERFIL

Por qué admiro a Adam Ondra

No es por su 9c, ni por su Dawn Wall, ni por haber sido Campeón del Mundo tanto de Dificultad como de Búlder. Todo eso son consecuencias. La inspiración que nos aporta el fenómeno checo va más allá de títulos y cifras.

Adam Ondra en el Campeonato Europeo de Dificultad 2017 (fue 2º)
Adam Ondra en el Campeonato Europeo de Dificultad 2017 (fue 2º)
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Ayer, 19 de septiembre, tuvimos ocasión de conversar con Adam Ondra en el marco del evento organizado por La Sportiva en el rocódromo madrileño Sputnik Climbing Center, donde Adam pasó la mañana diseñando y probando bloques junto al escalador extremeño Alberto Ginés (reciente Campeón de Europa de Dificultad Juvenil, entre otros títulos que ha cosechado esta temporada, fortísimo a sus 15 años…), y durante la tarde ofreció una proyección comentada en la que hizo un repaso de sus inicios y sus escaladas recientes, destacando cómo no el Dawn Wall y Silence, su propuesta de 9c en Flatanger.

Un tío normal…

Adam llegó ansioso al rocódromo, llevaba ¡dos días! sin escalar y lo único que quería era merendarse bloques. Aquí está su rasgo más representativo: es la pura pasión la que le mueve, como todos los grandes, sus ganas de escalar parecen inagotables. Además de eso, si preguntáramos a cualquiera de los que ayer pudo compartir jornada con él, estoy segura de que destacarían lo mismo: Adam es un tío normal, cercano, accesible. El mismo Alberto nos respondió cuando le preguntamos qué le había parecido conocer a Ondra en persona: “Me ha sorprendido que, para ser tan famoso, sea tan simpático y cercano”.

«Como un musgaño»

Es innegable que Adam tiene unas cualidades innatas para la escalada, con una fisionomía particular que le hace tener un estilo de escalada único –“como un musgaño”, apuntaba el escalador madrileño Snoopy, uno más entre el variado público que abarrotó ayer el Sputnik– y es cierto que recuerda a una de esas arañas de patas largas que, más que escalar, se deslizan verticalmente por las paredes… Pero no es solo eso lo que le ha llevado a ser el mejor escalador del mundo en la actualidad, detrás hay también una enorme fortaleza mental. “En 2016 fui cuatro veces a Noruega, pasé unas 7 semanas probando la vía y todavía no podía juntar las manos en el bloque más duro”, nos contaba ayer sobre el proceso de encadener el 9c Silence, “Quizá para algunos esto fuera frustrante, pero yo estaba contento porque por fin había encontrado un reto que era difícil, pero que podía ser posible”.

Agradecido y consecuente

Lejos de adjudicar únicamente a su esfuerzo todos sus logros, Adam se muestra agradecido con todo el entorno que le ha ayudado a ser quién es. “Yo siempre me he sentido un chico normal, con mucha suerte por tener una familia en la que todos escalaban”, cuenta sobre su familia, con quien empezó a escalar a los 4 años en Moravsky Kras, cerca de Brno, su ciudad natal (“una zona rara, con una caliza resbaladiza, dicen que si sabes escalar aquí, sabes en cualquier parte”). También tuvo palabras para su actual entrenador (Patxi Usobiaga), incluso para un fisio que conoció en Flatanger y a cuya ayuda atribuye parte del éxito del encadene (impactantes las fotos con sus ejercicios de flexibilidad de rodilla, necesaria para esos retorcidos pasos y empotramientos de Silence).

Otra de las cualidades que le llevan distinguiendo desde que empezó a romper todos los récords (a los 13 años hizo su primer 9a…) es lo consecuente que ha sido siempre con sus valoraciones sobre el grado de las vías, aunque eso le llevara a decotar un 9a que podría haberse convertido en el primer 9a a vista del mundo. Sobre el grado de Silencie, afirmó: “Propuse 9c porque es mucho más difícil que todos los 9b+ que he hecho, tenía que estar muy seguro para hacer esta propuesta”. Un apunte: de las 27 propuestas de 9b que hay en el mundo, ha puesto el punto rojo en 18, y de los cinco 9b+ que existen, tres son suyos (solo uno, la Dura dura, repetido por Sharma).

Los factores del éxito

Además de trabajar mucho en la vía, habló de otros factores que le llevaron al encadene, como la importancia de la visualización: “Habré probado la vía unas 300 veces, pero en mi cabeza la he escalado más de 10.000”, del entrenamiento específico (se construyó un rocódromo imitando los pasos de la vía) y, sobre todo, asegura que “lo más importante fue matenerme positivo”.

Esa fue la clave también del Dawn Wall, su primera experiencia en Yosemite y actividad que hizo que su fama saliera del círculo de la escalada. “No puedo decir si el Dawn Wall es mejor que hacer un 9c o ganar un Campeonato del Mundo, pero seguro que todos son momentos que no voy a olvidar”.

Todo esto, por cierto, lo estuvo contando en un muy buen español (Adam habla también inglés, francés e italiano, además de checo), prestándose a un coloquio abierto con el público en el que no tuvo reparo en contestar a todo tipo de preguntas: “¿De verdad es necesario gritar tanto?” le preguntó un espectador, aludiendo a sus famosos gritos, ante lo que Ondra confesó que “Normalmente no grito, solo en las vías muy duras… No grito porque me guste, lo hago porque me ayuda”, y aprovechó para comentar la importancia de las técnicas de respiración. O cuando le preguntaron “¿Alguna vez te has caído en un 8b?” también respondió sin complejos: “Claro, y hasta en un 7b, me puedo equivocar al leer la secuencia. Para mí no importa si voy a caer o no, lo que importa es que disfrute escalando y lo que me gusta es el “flow”, no me gusta estar parado, también por eso escalo rápido”.

También conversamos sobre el reciente Campeonato del Mundo celebrado en Innsbruk (fue plata en la Combinada y en Dificultad), cómo se va a preparar para el gran objetivo de las Olimpiadas de Tokyo 2020 y algún que otro proyecto (este otoño irá a por la Salathé de El Capitán), pero todo esto os lo contaremos póximamente en una vídeo-entrevista. Ondra da para mucha reflexión…

Comentarios
5 comentarios
  1. Exacto Flot. Si no contamos las barras, son 4, y si contamos las barras, son 6. Si es que Eva, el nivel de tus lectores es muy muy alto, majo..je je…y sí, Ondra es un crack, y encima bien simpático.

  2. Johnny, la quinta es «El bon combat» de Sharma en la Cova de l’Ocell, aunque es verdad que esta es con barrita (9b/+), así que igual no tendría que haberla contado… ¡Sois unos enciclopédicos! jajaja Gracias por estar siempre antentos 😉

  3. Jhonny creo que Megos dejó un 9b+ en Canada este año también, pero no lo recuerdo, quizá fue 9b.

  4. A mi en el mundo me salen 4 vías de 9b+, no 5. Que yo sepa, Change, la Dura Dura y la que abrió en su país son las suyas; a las que se añade la de Margalef de Alex Megos. Igual me dejo alguna, no sé…

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