ENTREVISTA

Iker Pou tras ‘Guggengell’ 9a+/b: “Sigo igual de motivado que cuando empecé”

Hablamos con el escalador vitoriano de 44 años, tras su encadenamiento de ‘Guggenhell’ 9a+/b en Mallorca. Nos cuenta el infierno psicológico que tuvo que superar y cómo ansía ya salir de expedición este verano.

Iker Pou en “Guggenhell" (9a+/b), Mallorca, que encadenó en marzo 2021, con 44 años.
Iker Pou en “Guggenhell» (9a+/b), Mallorca, que encadenó en marzo 2021, con 44 años. 📷 Al Aire Films
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Iker Pou realizó la semana pasada la primera ascensión de Guggenhell 9a+/b, la segunda variante de las tres que ofrece la línea de Gran Guggenheim 9a+, que él mismo estrenó en febrero. Todavía tiene pendiente la más difícil de las tres, aunque su mente empieza a estar ya un poco saturada de escalada deportiva y sueña ya con alguna expedición a lugares lejanos e inexplorados de cara al verano.

Hablamos con el escalador vitoriano afincado en Mallorca para que nos cuente algunos detalles más de su vía más reciente, que se ha postulado como la más dura de las Baleares y una de las más difíciles de su carrera. Eso sí, ya advierte que todavía está muy lejos de Artaburu, su obra maestra de Margalef.

Guggenhell tiene un paso duro y muy aleatorio arriba, en el metro 45”

¿En qué consiste la parte nueva de la línea?
Guggenhell comparte gran parte del recorrido con Gran Guggenheim, que ya había hecho anteriormente, y solo se separan arriba. Hay tres salidas claras en la parte de arriba del muro: una es la Gran Guggenheim, otra es Guggenhell y queda otra salida por hacer, que yo creo que es la más difícil de todas.

Por describir un poco Guggenhell, para mí diría que es más dura que la otra salida, sobre todo porque no es una salida que puedas asegurar. Tiene un paso más duro arriba, en el metro 45, y es un paso bastante aleatorio. Ya suelto me costaba y llego de puntillas a hacerlo; viniendo encadenando, que vienes muy tostado y completamente reventado, tener que lanzar y acertar con precisión en la presa es muy difícil. Eso me supuso un montón de caídas allí arriba, después de haber hecho ya cien movimientos de manos o más.

Tenía solo un pegue bueno al día para tener alguna posibilidad de realizar la vía. Al siguiente pegue iba muy cansado. Psicológicamente, es una vía dura. Hay que medir muy bien el único intento que puedes hacer al día y acertar, que no se te vaya ningún pie, que todo lo hagas bien… Ha sido una lucha más larga que otras. Tiene mucha continuidad hasta el metro 40 y en la parte de arriba se concentra bastante bloquera y aleatoria.

“Si ves una foto de Guggenhell, dices: ‘esa la quiero escalar yo’”

¿Cómo describirías el resultado final?
Creo que es una gran línea de resistencia. Estéticamente es impresionante y muy variada, con todo tipo de movimientos y agarres: bolas, columnas, agujeros, un dinámico… La verdad es que es una línea muy elegante, una línea impresionante, de esas que cuando ves una foto dices “esa la quiero escalar yo”. Una línea muy atractiva y elegante.

¿Cuánto tiempo te ha llevado finalmente esta parte?
Desde que hice la otra, yo creo que han sido ocho días o alguno más, pero han sido repartidos. Como he comentado, no tenía más que un intento bueno al día. Siempre le he dado más pegues, para entrenar la continuidad, aun sabiendo que me iba a caer… porque así es como se mejoran las vías. Ha sido un poco intenso y al final estaba un poco saturado de cabeza; es agotador. Antes de que llegues a lo más duro ya has hecho 9a o 9a+ y tienes que atinarle al bombo final.

“Tenía que cuadrar mi estado físico y mental con el día bueno”

¿Qué ha sido lo más complicado?
Sobre todo, plantearme el darle. Ha sido muy duro de cabeza, muy psicológico… También es una vía que hay que pillarla en condiciones, que estuviera seca. La parte de debajo de la cueva se condensa y muchos días está húmeda e impracticable, no se puede ni pasar. Hay que buscar las buenas condiciones de humedad baja, que supiera que iba a estar seco, e intentarlo. Con lo que ello supone: no es solo tu estado físico, sino el meteorológico. Ha habido días muy malos que ni tan siquiera he subido a probarla, dependiendo de dónde soplara el viento sabía que iba a estar húmedo… Tenía que cuadrar mi estado físico y mental con el día bueno, que se dieran todas las condiciones.

Es una vía muy larga, a mí me gustan las vías más cortas. Es una maratón y cuando te la planteas ya sabes que le vas a poder dar solo un pegue y que vas a quedar exhausto, sin poder ni respirar arriba… Recuerdo la boca seca, casi sin poder hablar. Te ibas a autoinmolar.

Sin duda, una de las vías más duras que has hecho…
Yo creo que sí. Es un estilo que no es el que mejor se me da. Me gustan las vías más cortas e intensas y me he tenido que adaptar un poco y darle duro para ganar esa resistencia y machacar ahí. Pero la verdad es que tengo vías duras en otros estilos que están sin repetir, en Mallorca también, como Big menLos amigos me decían que las comparase, pero no sabía ni compararlas, porque son estilos totalmente diferentes. Big men es muy dura en su estilo; no sé incluso si más dura, tendrá que venir alguien a hacerla. En este caso, es una vía más llevadera, que le puedes ir ganando más los metros.

Es una vía muy difícil, una de las más difíciles, pero sin lugar a dudas muy por encima de ella está Artaburu. La hice en 2018 después de mucho esfuerzo y creo que está muchísimo por encima de esta vía. Es mucho más corta, más intensa, pero para mí mucho más difícil de realizar. Guggenhell es una vía de continuidad, que son más llevaderas y puedes avanzar más en la progresión… día a día le puedes ganar un movimiento y vas sumando movimientos duros. En vías más cortas, son movimientos más extremos y, depende del día, a veces eres incapaz de hacer los movimientos sueltos. Eso es más difícil de llevar.

Llevas un montón de años escalando duro, ¿cómo mantienes la motivación y el nivel de preparación?
Llevo un montón de años escalando… me acuerdo desde 1992. Ha llovido muchísimo y la verdad es que las cosas van cambiando. En cuanto a la motivación, sigo muy motivado, igual como cuando empecé. Me encanta escalar, lo hago con mucho gusto y no me supone ningún sacrificio. Me levanto con una sonrisa cada vez que sé que voy a poder ir a escalar, me encanta. Es un privilegio.

Hay que saber jugar con la motivación. La gente pretende estar siempre motivado al 100% y creo que eso es inviable durante todo un año. Yo creo que tiene que haber sus subidas, sus bajadas, que son hasta positivas, porque cuando estás de subida seguramente estás muy motivado porque anteriormente has estado de bajada y has estado más tranquilo, relajado, has estado haciendo otras cosas y te ha servido para aclarar la cabeza y volver con más ganas. Hoy en día, tanto para Eneko como para mí, es imprescindible cambiar de objetivos y de motivaciones. Por eso muchas veces hacemos expediciones, vías largas y otras cosas, porque la escalada deportiva nos satura. Yo, después de dos o tres meses, quiero hacer otras cosas, porque llego a saturarme, me aburro y necesito otra motivación y otra energía. Eso es lo que hace que cuando vuelva tenga ganas, me machaque, y consiga un poco más. Haciendo todo el año lo mismo, ya no consigo esa motivación y me desmotivo, así que tengo que buscar otros objetivos, cambiar cosas para luego volver con más energía.

Acaba ya el invierno, llega la primavera y se empieza a hablar de expediciones, ¿te ves saliendo por fin de aventura o todavía toca esperar?
La verdad que el invierno ya ha acabado y van surgiendo otras motivaciones. Tenemos muchas ganas de salir por ahí a explorar algún sitio nuevo, ir de expedición y lo estamos deseando. Después haber cumplido los objetivos de deportiva con Guggenhell, la motivación no está en lo más alto para buscar otra vía y machacar, sino en otras cosas… Salir, vivir otras experiencias, un poco más de aventura, una escalada un poco diferente, que hoy en día es lo que más nos llena, tanto a Eneko como a mí.

Sí que nos vemos saliendo, pero más de cara a verano. Mientras tanto seguiremos entrenando, haciendo alguna salida larga también… cambiar un poco esas motivaciones. Con ganas de cambiar de rumbo y luego ya volveremos a intentar algún otro proyecto, que siempre los hay: tenemos muchas vías equipadas y proyectos pendientes.

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