Es Claude, hijo de Marcel Remy, quien nos remite esta nota que publicamos traducida:
«Toda Europa permanece rígida ante la histeria de la pandemia. El virus galopa como un jinete del Apocalipsis en los rocódromos, que han cerrado sus puertas, tal y como lo exigen los distintos decretos. ¿Todos los rocódromos? No exactamente. En la comuna de Satigny, Ginebra, un nuevo rocódromo (aún sin inaugurar debido a la normativa, aunque está listo para su apertura desde diciembre de 2020) ha abierto sus puertas durante unas cuantas horas, como regalo de cumpleaños de Martin y Daniel Rebetez, propietarios de varias salas de escalada en Suiza, para Marcel “Matrix” en su 98 cumpleaños, acompañado de sus dos hijos, Claude e Yves, como equipo motivado.
Hace un tiempo, después de pasar unas semanas en el hospital con agua en los pulmones, Marcel ya no quería escalar más. Los días de antes de ir al rocódromo había estado un poco deprimido y no quería volver a conducir. Pero no hizo falta mucha insistencia para que se motivara a hacer algunas travesías de búlder. Y después dos vías de escalada, que él mismo insistió en destrepar. ¡La vieja máquina de vapor está funcionando de nuevo! Y luego se hizo ¡una vía de 4c de primero! Sus ojos brillaban de felicidad, e inmediatamente empezó a hacer planes para el verano siguiente: ¡la escalada es una fuente de juventud! Buena suerte Marcel, ¡tú eres un gran y maravilloso ejemplo para todos nosotros!»
Conocimos algo más de la trayectoria de este escalador veterano gracias al artículo escrito por sus hijos, Claude e Yves, en la revista Desnivel nº 407, bajo el título “Marcel, Claude e Yves Remy, 50 años en las rocas“, un texto que dedicaron a su madre, Rachel, fallecida en marzo de 2020.
En él, estos dos activos y prolíficos equipadores aún en activo (han desarrollado sectores completos de zonas como Saint Loup, el Verdon o, más recientemente, en las zonas griegas de Kalymnos y Leonidio, dejando también su apellido en emblemáticas vías de Los Alpes), agradecían a su padre su enorme legado: “Ya desde pequeños fuimos contagiándonos del gusto por el esfuerzo, la exploración, la tranquilidad y la libertad de estar en un mundo diferente, el de las montañas”.
¡Felicidades Marcel, por muchos años más!