Ammon McNeely es uno de los más activos escaladores de Yosemite, y uno de los hombres que ha subido al Capitán por más vías diferentes. Ha detentado varios récords de velocidad y de primeras ascensiones en el día en varios muros de Yosemite y ha compartido cuerda con personajes de la talla de Alex Huber o Dean Potter, entre otros.
Su última gran ascensión ha sido la primera repetición de la vía Wings of steel, considerada como la línea de artificial más dura de Yosemite y sin duda la más polémica y controvertida de la meca de la escalada estadounidense. Según informa Pete Zabrok en Rock&Ice, la gran dificultad de la empresa queda reflejada en un par de datos referentes únicamente al primer largo, en el que McNeely invirtió 6 horas y sufrió hasta tres caídas de diez metros de altura.
Por lo visto, más arriba todavía lo tuvo peor, sufriendo muchas más caídas entre las que se incluye al menos una de las ‘largas’, de unos 50 pies de altura (unos 17 metros). Para completar el panorama de la gesta, en una de sus vuelos, McNeely se dislocó el hombro y se lo tuvo que reducir él mismo, perseverando en una empresa que Zabrok califica como “la vía de big wall más difícil nunca abierta”. Todavía no se conocen los detalles técnicos más concretos sobre la escalada de Ammon McNeely, realizada junto a su pareja Kait Barber.
Una vía para la leyenda
La historia de Wings of steel sólo se entiende teniendo en cuenta la perspectiva histórica. A principios de los ochenta, los escaladores de Yosemite vivían en base a una férrea filosofía de la escalada en la que Mark Smith y Richard Jensen eran ajenos. Eran dos desconocidos llegados del sur de California para abrir su primera vía en El Capitán, en un espacio en blanco a la izquierda de Salathé Wall que los locales consideraban prácticamente inescalable.
En lugar de optar por la indiferencia o la crítica razonada, los locales de Yosemite se dedicaron a lanzar furibundos ataques a los dos escaladores, acusándolos de una especie de profanación de sus paredes, suponiendo que estaban abriendo su línea a base de taladro. Los ataques verbales pasaron a acciones clandestinas, como la de quitar la cuerda que habían fijado en el primer largo y defecar sobre su material, lanzarles mientras escalaban bolsas llenas de basura y defecaciones desde la vía vecina Aquarian Wall, destrozar su coche… Una vez que Smith y Jensen hubieron completado la escalada, se inició una intensa campaña de descrédito sobre la vía, que la relegó al ostracismo y el olvido (no aparece en guías, artículos, etc.).
Lo cierto es que los dos escaladores completaron una ascensión de primer orden. El propio Jensen comenta en su web que “estuvimos viviendo en el muro durante 39 días con sus noches, completamente en autosuficiencia, mientras trabajábamos lentamente en nuestra línea; sufrimos innumerables caídas y nos encontramos con lesiones, tormentas, una riada y, lo más peligroso de todo, ¡la cólera de los colegas escaladores!”
A destacar que, en los 29 años que han pasado desde aquella primera ascensión, algunos reputados escaladores, como Rob Slater o Kevin Thaw, se habían rendido ante la dificultad de Wings of steel. El mismo Pete Zabrok, junto a Tom Kasper y Randy Wenzel, empezaron a trabajar en la vía en verano de 2006, pero una vez más se fueron sin haberla escalado. Según desvela Richard Jensen en su web, Zabrok le mandó un email en esa época reconociendo que “simplemente era una vía demasiado dura y demasiado terrorífica para mí, y no estaba preparado de ningún modo para encajar las numerosas caídas de más de 17 metros que con toda seguridad hubiera requerido trabajar en esa repetición”.
Vale la pena decir que Richard Jensen y Mark Smith habían entrenado practicando mucho puenting para encajar esas impresionantes caídas de la mejor manera.