Edu Marín encadena Chilam Balam

Ocho caídas había tenido Edu Marín en el último paso de Chilam Balam. “Ocho caídas a punto de tocar la cadena”, nos dice, cuando había realizado 250 movimientos y recorridos 80 metros en una hora de escalada, con la presión al máximo, pues a lo largo de todo ese recorrido, mientras iba resolviendo los movimientos, era totalmente consciente de ese problema que iba a encontrar en el paso final.

Ayer decidió cambiar el método que seguía para intentar este paso y probar uno nuevo. Hasta este momento había seguido el mismo método que Dani Andrada, “más alto [6 centímetros] y mucho más elástico que yo”, y lo ha conseguido al primer pegue.

‘He cometido un error siguiendo el método de Dani’

“Lo que más me ha costado tanto psicológica como físicamente ha sido el último paso… Hasta que no cambié el método ayer. Ha sido un error técnico, la podía haber hecho antes, porque siempre caía ahí, y al cambiar el pie la he hecho al primer intento. He cometido un error siguiendo el método de Dani”.

Edu nos comenta que le ha llevado, posiblemente, algún pegue más que a Dani (“unos 28 pegues, por decir algo”). En cuanto al grado, está de acuerdo en que se trata de un 9a+/b.

‘Los primeros días que intentamos Chilam Balam nos parecía un monstruo’

Considera que es, sin lugar a dudas, la ruta más difícil que ha escalado. “La Rambla (9a+) sería la siguiente más difícil. Se nota la diferencia. A La Rambla le di unos 22 intentos y tiene 30 metros; imagínate lo que supone encadenar los 80 metros de Chilam Balam…y además en techo… Y eso que es un estilo que me viene mejor que La Rambla. Aun así hemos tenido que invertir mucho tiempo. Los primeros días que la intentamos nos parecía un monstruo…”.

Edu Marín había tenido que marchar a Cataluña pues tenía que dar una conferencia. Esos días Dani encadenó Chilam Balam. Edu regresó el pasado sábado acompañado de su padre, Novato Marín (63 años y 8b+ encadenado), y desde entonces la intentó cuatro veces: el domingo y lunes (descansó el martes) y este miércoles y jueves.

‘Un solo intento al día y… a casa’

“El problema es que solo le puedas dar un intento al día; es una locura, no es como una vía normal que le puedes dar varios pegues. Aquí un intento y para casa. Esto hace que sea más duro, porque el proyecto se alarga enseguida en el tiempo”.

Le preguntamos cómo sintió que Dani la encadenara primero: “Sinceramente, estábamos mano a mano, y sabíamos que el que la hiciera primero se quitaba la presión y el que quedaba intentándola se quedaba con toda la presión… Para mí, Dani, además de un compañero, es un ídolo. Escalar con Dani es increíble porque te contagia la motivación y energía que tiene. Cuando he regresado tras su encadenamiento tenía bastante presión, era el final de la temporada, el último objetivo del año y quería encadenarla”.

‘Una gran suerte intentarla con Dani: nos hemos motivado a saco’

Edu tiene claro que “ha sido una suerte escalar con Dani, porque nos hemos motivado a saco; los dos veníamos a por la vía y no hemos parado hasta hacerla”.

Su opinión de Chilam: “Es una línea futurista, va por un techo y luego unas columnas increíbles. La visión de Bernabé fue futurista incluso para los tiempos actuales. Es la vía más bonita que he escalado. Cuando te pones debajo de Chilam te das cuenta de que es un monstruo y que tiene una calidad increíble, pues hay muy pocos muros así en el mundo”.

Así es esta ruta futurista de Bernabé Fernández

Le pedimos a Edu que nos describa la vía: “Son 60 metros de techo, el inicio, muy peculiar, ya es techo. Tras estos 60 metros tienes unos 25 metros de columnas para terminar en una placa final con un paso de búlder de 7b, que es muy fino, muy de dedos, y muy psicológico, sobre todo después de toda la paliza que llevas para superar tantos metros de escalada”.

Terminamos preguntándolo a Edu por la reacción de su padre: “Se ha emocionado mucho”.