Edu Marín realizó ayer en Santa Linya la primera ascensión de JoeDan para la enmienda, que propone como 9a/+. Se trata de una variante de JoeDan, que el escalador barcelonés dobla en longitud añadiéndole la parte final de La enmienda.
“Una de las pocas que me quedaban”
JoeDan nació como vía en enero de 2019, gracias a Gonzalo Larrocha, quien se llevó la primera ascensión y lanzó una propuesta inicial de 8c+/9a. Ya en período post pandémico, los repetidores han matizado al alza ese grado y, tras el paso por su cadena de nombres de reconocido prestigio internacional como Mateusz Haladaj, Domen Skofic y Jonathan Siegrist, ha quedado en “un buen 9a”, a decir de Edu Marín.
Se trata de “una entrada muy a bloque y bastante difícil, para empalmar después con el final de La fabela”, explica sobre la vía original. Sin embargo, Edu le vio más posibilidades a la vía. “La gente se bajaba desde aquí, pero yo la he continuado y le he añadido un largo más, la he doblado, por la salida de La enmienda”, explica, y valora que “sería un 9a más el final de La enmienda, que es 8b+ más o menos”. De ahí su propuesta de 9a/+ para el conjunto de JoeDan para la enmienda.
“La verdad es que estoy contento porque es una de las pocas vías que me quedaba en la cueva”, admite.
Entrenando para la alta dificultad
Respecto al proceso en la vía, Edu Marín llevaba ya semanas tras este objetivo. Ha sido, de hecho, el inicio de su camino para recuperar su máximo nivel en escalada deportiva e intentar objetivos de la más alta dificultad. Por el camino, volvió a encadenar a finales de marzo Fabela pa la enmienda 9a, vía de la que hizo la primera ascensión hace quince años, en febrero de 2008, en un doblete memorable con Dani Andrada, que firmó la primera repetición ese mismo día.
Tras jornadas de trabajo e intentos, la llegada de unos días un poco más frescos “y también por el hecho de que empiezo a estar un poco más en forma” han conducido hasta el encadenamiento final, en el que estuvo acompañado por su padre Novato Marín y un amigo inglés que está escalando estos días por la zona. Era el primer pegue de la jornada.
Entre Lleida y Margalef
Después de tachar su proyecto en Santa Linya, Edu Marín ya tiene la mirada puesta en nuevos objetivos, esta vez en Margalef, “a ver si podemos hacer alguna cosa más antes de que llegue el calor, que ya está aquí”. Aunque siempre con la mirada puesta en Lleida, donde está ultimando los trabajos para abrir un nuevo rocódromo en los próximos meses. Por eso ha abandonado por este año sus proyectos de escalada de aventura en las grandes cordilleras del mundo, al estilo de la liberación de Eternal flame del año pasado.
Este año vuelvo a centrarme en la escalada deportiva y en intentar buscar mi límite. Van pasando los años y uno tiene que plantearse bien sus objetivos y gestionarlos bien. Esto es lo que me motiva ahora y lo que tengo que hacer, porque la alta dificultad no se puede hacer con ciertas edades.
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