Lucía Guichot y Nieves Gil han realizado una de las pocas ascensiones de una cordada íntegramente femenina en el Fitz Roy. Las dos alpinistas españolas han escalado la Supercanaleta al conocido localmente como Cerro Chaltén, cuya primera ascensión totalmente femenina data de principios de 2020 y corrió a cargo de Raphaela Haug, Laura Tiefenthaler y Babsi Vigl, según el registro de Pataclimb.com.
Más de un mes en la Patagonia
Ellas dos llevaban más de un mes en la Patagonia chilena, haciendo equipo con Martín Elías y Oriol Baró. De hecho, exploraron con este último la vertiente norte del Cerro San Valentín días antes de que ellos dos junto con Nicolás Tapia consiguieran abrir la anhelada arista norte al pico más alto de la Patagonia chilena.
“Tras hacer varios intentos a cerros de la zona en las pocas ventanas de buen tiempo que nos ofreció este lugar, decidimos bajar a conocer El Chaltén y a intentar escalar algo por allí”, explica Lucía Guichot. Nada más llegar a la capital de la escalada de la Patagonia argentina, se integraron en la comunidad escaladora y fueron recogiendo información y consejo hasta que se decidieron por la Supercanaleta.
Se trata de una las vías históricas del macizo, abierta en enero de 1965 por los argentinos Carlos Comesaña y José Luis Fonrouge. “Es la cima más alta y esbelta de la zona y hacer la travesía de la Supercanaleta supone entrar por el oeste y bajar por la vertiente este. Una ruta muy elegante”, resume Lucía.
Escalada con vivac
Las dos escaladoras y alpinistas saben que “la estrategia aquí es lo más importante” y una vez cargada “la mochila con alfajores y milanesas, emprendemos el camino”. Decidieron dividir la aproximación en dos jornadas, “para evitar una noche de viento”. Se encuentran con un trayecto salvaje y desolado, como corresponde a la Patagonia: “No sabemos de nadie que haya ido en el último mes. No hay huellas. El clima es perfecto. Las condiciones buenas”.
La Supercanaleta es un recorrido extremadamente largo, que supera un desnivel de 1.600 metros con dificultades moderadas: “El día de la escalada se nos da bien, aunque en la zona alta estamos cansadas y decidimos hacer un vivac antes de los largos de roca y mixto. Tenemos dudas y miedos. Hay que hacerse fuertes porque salir de aquí solo depende de nosotras. Los rescates en montaña en este lugar son complicados. La idea de rapelar no me gusta nada. Por la mañana seguimos escalando y llegamos al final de la vía pronto. Nos espera un vivac de los más bonitos que hemos hecho nunca. Somos unas románticas y nos encanta dormir bajo las estrellas”.
“La muerte está muy presente”
Tras alcanzar la cumbre, se tomaron el descenso con calma y precaución, en otros dos días de actividad. “El sol sale temprano y hay que respetar los horarios donde la nieve está fría y así evitar avalanchas y desprendimientos”, precisa Lucía Guichot, quien añade que “en esta ruta, para mí, la muerte está muy presente”.
Su compañera del Equipo Femenino de Alpinismo (EFA) Amaia Agirre, con quien compartieron una exitosa expedición al valle del Rolwaling con apertura en el Chekigo hace dos años, falleció aquí el pasado mes de enero junto a Iker Bilbao, ambos arrastrados a una grieta por una avalancha tras escalar la Afanassieff, que asciende la cara oeste del Fitz Roy unos metros a la izquierda de la Supercanaleta.
Esta ha sido una aventura llena de emociones. Tener una compañera y amiga con quien compartir esto es algo muy especial. La celebración a la vuelta fue digna, bailándolo todo hasta el amanecer. Felices de estar vivas.
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