La primera de las rutas nuevas que reseñamos se ubica en el Desfiladero de la Hermida, Cantabria. Su apertura corresponde a Óscar y Adolfo Solar, y ellos mismos nos cuentan cómo descubrieron y abrieron desde abajo Nómadas del Miera (180 m, 7c+):
«Siempre que pasábamos por el desfiladero de la Hermida nos fijábamos en una imponente pared amarilla que brillaba en lo alto. Nos preguntábamos cuál sería la manera más fácil de llegar a ella. Después de mirar varios mapas nos pusimos manos a la obra para intentar acceder por el camino más corto. El primer día llegamos dando la vuelta por detrás de la pared después de caminar más de 4 horas bajo la lluvia.
El paredón desplomado nos impresionó. Lo estudiamos con detalle y vimos que, después de una chorrera inicial y una evidente línea de agujeros sucesivos, una serie de diedros recorrían la pared hasta llegar a la cumbre. La vía empieza a tomar forma. Óscar mete la primera chapa al pie de la chorrera. Ahora toca volver a casa y seguir buscando hasta encontrar la subida más corta.
Subimos por la canal varias veces y finalmente descubrimos que el camino más corto se encuentra atravesando un bosque cercano en la parte izquierda de la pared.
Abrir la vía por arriba hubiera sido sencillo, pero un recorrido como ese tan guapo nos invitaba a ascenderlo metro a metro por abajo para así disfrutarlo mucho más. También nos permitiría ser más precisos a la hora de marcar la línea. Nos pusimos manos a la obra.
Realizamos en total 40 salidas repartidas entre varios meses. Las primeras salidas se utilizaron en buscar el camino más corto para posteriormente abrirlo y marcarlo. Una segunda parte de las salidas las utilizamos en trasladar todo el material necesario y equipar la vía por abajo. Y finalmente una tercera parte de las salidas las dedicamos a ir probando y limpiando todos los largos hasta conseguir encadenarlos.
La vía ha quedado equipada en su totalidad. Para repetirla serán necesarias 15 cintas exprés y cuerda de 80 metros. Las reuniones están equipadas con hasta 3 chapas para poder apartarse del escalador al comienzo de cada largo. Conviene empezar el L2, L3 y L4 con la primera exprés chapada. Los comienzos son duros.
La aproximación se realiza caminando en unas dos horas y media. Desde el aparcamiento de Rumenes, cruzamos el río y continuamos unos metros hacia abajo hasta iniciar la subida por un par de pedreras atravesadas por alguna línea de arbustos. Una vez superadas las pedreras llegamos a un gran contrafuerte con mucha vegetación. Nos desviarnos con tendencia a la izquierda. Continuamos entre árboles ganando altura hasta llegar a una zona más estrecha con canales. Ahora nos desviarnos a la derecha para pasar un contrafuerte rocoso que nos da acceso a la Pedrera y a la pradería del pie de vía.
También existe otra opción de acceso con vehículo todoterreno por pistas y después una hora y media caminando.
El descenso se realiza caminando con tendencia a la izquierda a buscar el bosque por el que nos hemos aproximado a la vía».
Y dos de aventura en el Desfiladero del Duje
Y por otro lado, el incansable aperturista Víctor Sánchez, autor del libro Cabrales, guía de escalada de aventura, de los desfiladeros del Cares y del Duje, nos remite información de las dos últimas aperturas que ha realizado por esa misma zona:
«Aprovechando el periodo permitido para la escalada en zonas restringidas del desfiladero del Duje, el cual finaliza el 31 de diciembre, se han abierto dos nuevas rutas en el Ariscu de Sonllanu y el Recuencu de la Escampada.
Ambas rutas son de una calidad tremenda en cuanto a roca y escalada, donde predominan los muros bañados con gotas de agua, de muy difícil protección y también, tramos puntuales con buenas fisuras y agujeros.
La vía Heterocromía (250 m, 7b/+) en el Ariscu de Sonllanu, es en su grado de lo mejor que podamos escalar en la Cordillera y alrededores. Abierta por Víctor Sánchez y Gonzalo Manrique en dos ataques, recorre un muro muy vertical de una caliza excepcional y escalada obligada. Aunque todos los largos son increíbles, el muro final roza la perfección de la escalada.
Su nombre hace referencia a algo que siendo tan raro y diferente, es único y bonito. Gracias a Yayone por bautizar este precioso recorrido.
Para repetirla necesitaremos 10 cintas, 5 cintas largas, friends hasta el nº 4, fisureros pequeños, micros, cordinos y algún maillón.
La vía El aroma del Edén (230 m, 7c+), en el Recuencu, es otra imponente y dura vía, abierta por Víctor Sánchez en varios ataques a lo largo de estos últimos años. Vía que recorre un muro muy vertical y técnico de pequeños agarres.
En general la escalada es obligada y en ciertos puntos será clave la destreza con el uso de fisureros pequeños. El largo más difícil es otro tesoro de la geología. Largo que a cada metro que subes piensas no tendrá continuación, y van apareciendo pequeñas regletas y gotas de agua sobre pies muy finos.
Aunque la vía cuenta con expansiones, puede llevar a engaño el número de las mismas si nos fijamos en la longitud de los largos. El largo más difícil, de unos 50 metros, tiene 13 expansiones sin poder añadir nada más, sobre una escalada muy técnica y mantenida.
El nombre de esta vía lo dice todo. Representa la sensación de estar muy cerca mientras persigues la perfección en este caso, del lugar y la escalada.
Para su repetición serán necesarias 12 cintas, 5 cintas largas, friends hasta el nº 3, 2 micros, fisureros pequeños y cordinos.
Se recuerda que en las zonas restringidas de los desfiladeros del Cares y Duje, solo está permitida la escalada desde el 16 de agosto hasta el 31 de diciembre».
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