CORRETREPA

Película y entrevista: 24 riscos de la Pedriza en menos de 24 horas

La cordada de June Villaroel y Arturo de Barnola se planteó el reto de escalar 24 riscos emblemáticos de la Pedriza en menos de 24 horas. No solo lo consiguieron, haciendo su particular “corretrepa” en 23h 50 min, sino que lo repitieron rebajando el horario hasta las 15h40 min en total, sumando 1650 metros de escalada.


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El “corretrepa” se puede considerar una disciplina de la montaña en la que se combina la carrera en montaña con las escaladas en roca. La madrileña Pedriza es un buen destino para ponerlo en práctica, con riscos dispersos y abundancia de vías de distintos niveles. Su principal precursor en la zona centro (y quien probablemente acuñó el término) es Jorge Palacio “Palas”, que cuenta con tiempos en la Pedriza como Cantocochino-cumbre del Pájaro-Cantocochino en menos de una hora (exactamente 57 minutos), así como otro más reciente en Galayos: Nogal del Barranco-cumbre del Torreón y vuelta en menos de dos horas. Hitos similares tiene también Carlos Suárez, otro aficionado a esta modalidad, que practicó por ejemplo en el Urriellu el pasado verano, partiendo de la Tenerosa, cumbre y vuelta en menos de 3 horas.

Imaginamos que con estas inspiraciones, la joven cordada de June Villaroel y Arturo de Barnola se planteó el reto de hacer 24 riscos en 24 horas, que completaron el pasado invierno por partida doble (estableciendo el horario final en ¡15:40 horas!) y que ahora nos presentan en esta película.

Arturo, más escalador que corredor, nos confiesa que fue June la cabeza pensante del proyecto, así que hablamos con ella para que nos cuente más sobre su motivación y ejecución.

Reto 24 riscos Pedriza. Foto: June y Arturo
Reto 24 riscos Pedriza. Foto: June y Arturo

¿Cómo se te ocurrió el proyecto?

Arturo y yo comenzamos a escalar juntos haciendo riscos en la Pedriza. Algunas veces enlazábamos varios en el día o tratábamos de hacer el máximo de ellos posible. Nos unían las ganas de seguir escalando cuando la gente se bajaba tras hacer una vía. Escalábamos lo que se pudiese, hasta que se fuese la luz. Una de esas veces, Arturo me comentó que Álex y Jaume habían propuesto el reto de enlazar 24 riscos en 24 horas. Recuerdo reírme, sin ninguna pretensión de llegar a intentarlo. Tras unos cuantos findes más de escalada, en los que íbamos haciendo 8 riscos en 8 horas, 12 en 12 horas, etc, ¡pensamos que quizás si sería posible! Y a ello nos pusimos. Era la propuesta perfecta para aunar lo que más nos gustaba; escalar y recorrer la Pedriza durante todo un día.

¿Qué es para ti el «corretrepa»?

Para mí, el corretrepa es la manera más hermosa y divertida de hacer montaña; combina la ligereza y rapidez del correr con la verticalidad y desafío de la escalada. Correr te permite acceder a lugares lejanos en poco tiempo, escalar te permite ascender a lugares a los que no podrías llegar corriendo. Además, para mí enlaza los dos tiempos de la montaña; el de las ascensiones rápidas, la efectividad y la velocidad, con la concentración y el tiempo pausado de la escalada. Haciendo ambos, consigues vivir tanto la actividad como el silencio de la montaña. Cabe decir que también, para nosotros, tiene el componente de entrenamiento para las grandes montañas y paredes, en las que tienes que ser capaz de escalar rápido y en las que tener ese entrenamiento te puede salvar de muchas. Por ello, es tanto una manera de ganar experiencia como un disfrute.

Reto 24 riscos Pedriza. Foto: June y Arturo
Reto 24 riscos Pedriza. Foto: June y Arturo

¿Cuál fue el orden de los riscos y por qué vías los escalasteis?

  • El Dante: “Los profesionales”
  • Cancho de los Muertos: “Sur Clásica”
  • El Pajarito: “Madame Butterfly”
  • La Vela: “Vía Normal”
  • El Castillete: “Rodríguez el Lento”
  • La Campana: “Espolón Sur”
  • Platillo Volante: “Guru guru”
  • El Pájaro: “Sur Clásica”
  • La Muela: “Arenolandia”
  • Los Guerreros: “El truhán del turrón”
  • Gran Molondrio: “Mayayo”
  • Risco de las Arañas: “Dejarnos Vivir”
  • El Zorrastrón: “Espolón de los Hipócritas”
  • Dos Torres: “Teógenes”
  • Mogote de los Suicidas: “Corleone”
  • Pared de Santillana: “Sur”
  • Bola de Navajuelos: “Normal Variante”
  • Falsa Bola de Navajuelos: “Morena arráscame el culo que tengo arena”
  • Naranja Mecánica: “Fingiré que me gusta”
  • Cancho Amarillo: “Ayuso”
  • El Hueso: “Fulgencio”
  • Matalvicial: “Mayayo”
  • El Yelmo: “Calavera”
  • Cueva de la Mora: “Jacobo”

¿Qué te pareció lo más difícil de la actividad?

En el primer intento, sin duda el más duro, recuerdo dos momentos como los más difíciles. El primero, la Ayuso de Cancho Amarillo. En ese momento, tenía muy poca experiencia en offwidth y esa vía no la habíamos hecho nunca. Llevábamos ya 13 horas escalando y recuerdo quedarme sin fuerzas y sentir que no salía de esa enorme fisura. Fue muy frustrante de repente no tener fuerzas para arrastrar mi cuerpo. Conseguir salir fue como nacer de nuevo. El segundo, cuando acabamos la última vía, a las 2 de la mañana, y nos perdimos por las proximidades de la Peseta. Se nos acabó la pila de los frontales y estábamos realmente cansados. Dimos tumbos entre jaras en la oscuridad durante mucho tiempo. Tardamos dos horas en llegar a Cantocochino, lo cual se suele hacer en 20 minutos. Fue muy difícil psicológicamente gestionar ese momento estando tan cansados.

Reto 24 riscos Pedriza. Foto: June y Arturo
Reto 24 riscos Pedriza. Foto: June y Arturo

Y después de haberlo conseguido, decidisteis repetirlo para superaros a vosotros mismos… ¿por qué?

La primera vez fue bonita, y fue sorprendente conseguirlo, pero éramos conscientes de los muchos fallos que habíamos cometido. Muchas vías fueron a vista, nos perdimos varias veces entre riscos… Hubo fallos logísticos en los que sabíamos que habíamos perdido mucho tiempo. Además, creo que cuando has hecho un recorrido sufriendo tanto, te quedas con las ganas de disfrutarlo. Sabíamos que con el conocimiento ganado podíamos hacerlo mucho mejor. Lo que no nos esperábamos era mejorarlo tanto.

¿Qué es lo que cambiasteis la segunda vez?

En el segundo intento mejoramos muchas cosas, desde reducir el material y el peso a lo que ahora sabíamos que era lo necesario, a sabernos bien todas las maniobras, los senderos, descensos, rápeles… Todo ello nos hizo ser más eficientes. Eso nos podría haber ahorrado tres o cuatro horas. Pero fueron ocho horas menos. Y creo que esto se debió sobre todo a la actitud, y al estado físico. Una semana después, estábamos mucho mejor físicamente, y, sobre todo, sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Eso cambia mucho la actividad, cuando sabes lo que te espera, y sabes que puedes hacerlo. En el primer intento había mucha incertidumbre. En el segundo íbamos seguros de nosotros mismos, en cada vía, en cada desvío, fue muy especial, la sensación de ir volando entre riscos.

¿Crees que se puede hacer aún más rápido?

¡Estoy segura! Creo que no es difícil mejorar ese tiempo, pero hace falta mucha motivación. Hoy en día hay muchxs chavalxs fuertes que podrían hacerlo, pero es algo que requiere echarle ganas y, sobre todo, ¡lanzarse a ello! Creo que lo más difícil de este reto es el aspecto mental, de resistencia, y el aspecto de cordada. Quizá lo más importante sea poder hacerlo con alguien en quien tienes confianza plena, y con quien puedas equilibrarte cuando uno de los dos está más bajo; que os podáis sacar adelante el uno al otro.

Reto 24 riscos Pedriza. Foto: June y Arturo
Reto 24 riscos Pedriza. Foto: June y Arturo

¿Has hecho actividades similares de escalda +correr en alguna otra parte?

Suelo hacerlo allá donde voy, es mi actividad favorita y mi manera de entrenar también. Al trabajar en refugios de montaña, tengo la oportunidad de hacer múltiples corretrepas. Comencé por las crestas del Val D’Arán cuando curraba allá. Este verano, trabajando en Dolomitas, dedicaba mi tiempo libre a hacer las ferratas, vías normales y crestas corriendo. Ahora que vivo en País Vasco tengo algún proyecto en mente, pues allá hay una cantidad de roca infinita. Lo bonito de los corretrepas es que los puedes hacer allá a donde vayas (si hay montaña, claro). Para mí es una actividad de absoluta libertad, que puedes hacer sola o acompañada, y no tiene por qué exigirte material, maniobras, o una cantidad de tiempo excesiva. Abarca desde el trepar en soledad hasta ensamblar en cordada o hacer largos difíciles en varios riscos. No es algo específico que solo pueda hacer un tipo de montañero, sino un amplio espectro de maneras de disfrutar las ascensiones ligeras.

Comentarios
3 comentarios
  1. Venga Jesús, buena idea, nos juntamos tú y yo y a por 48 en 48…tal y como lo dices, está chupau.

  2. Bueno, ¿y qué? No le encuentro ningún encanto a esta "proeza". Todo se convierte en un puro manierismo, ¿Y por qué no cuarenta y ocho riscos en cuarenta y ocho horas?. Esto no es más que deporte en el que prima lo cuantitativo sobre lo cualitativo. Para mayor perversión imagino que estos jóvenes son críticos respecto a la sociedad que les ha tocado vivir y sin embargo participan de su ideología sin querer.

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