Gabriele Moroni, de 36 años, da un nuevo paso en su máxima dificultad encadenada con Erebor, vía ubicada en Eremo di San Paolo (Arco, Italia) equipada y con primera ascensión de Stefano Ghisolfi en enero de 2021. Aunque originalmente Stefano la propuso de 9b/+ y fue el grado que mantuvo Laura Rogora al llevarse la primera repetición, posteriormente Adam Ondra propuso dejarla en 9b y es la cotación que han mantenido sus siguientes ascensionistas: Jakob Schubert y Stefano Carnati.
Gabriele, que ya contaba con varios 9a+ en su libreta (entre otros Trofeo dell’Adriatico o Demencia senil) ha narrado la cronología del día del encadene, transmitiendo la presión que sentía y lo importante que ha sido para él dar este paso:
«Son las 6:15h cuando escucho la alarma del despertador. Tengo planes de encontrarme con Cesar Grosso en la zona de escalada sobre las 10h. Dede Milan son 2:30h de conducción pero si sales demasiado tarde, el riesgo de que te pille un atasco es alto.
Aunque el día anterior fue bastante agotador, me siento bastante fresco y relajado y la solitaria conducción va suave, acompañada por un par de interesantes pocast.
Una vez en la pared, empiezo la habitual rutina de calentamiento. Con la tabla de calentamiento, conexiones en algunas rutas y algunas sesiones de ejercicios entre medias.
Cesar empieza primero con su proyecto Zauberfee. Aunque los primeros cantos están un poco mojados, llega hasta el punto donde suele caer la mayoría de las vaces. Se le ve sólido y consigue pasar el crux. Estoy casi seguro de que va a encadenar pero de repente está colgado de la cuerda. Dice que tiene los dedos entumecidos. En cualquier caso, ¡un intento inspirador!
Me toca.
Ya he invertido una buena cantidad de sesiones en esta temporada, unos 8 días o así, y siento que cualquier pegue puede ser el definitivo.
Empiezo energético y rápido, pero esta excitación me lleva al suelo solo después de un puñado de pasos. Estoy temblando, siento que necesito calmarme.
Espero unos minutos y estoy de vuelta en la pared. Esta vez no siento la tensión del intento previo y mis dedos están mucho más calientes. Las sensaciones no son las mejores, pero consigo llegar al paso clave. Suelo caer aquí, pero esta vez me siento más confiado. Intento centrarme en los pasos y no en los sentimientos, y de alguna forma logro pasar el crux. Es la primera vez que consigo pasarlo. Solo me queda un reposo de empotramiento de rodilla raro y una secuencia final dura después. En el descanso siento que me estoy recuperando bien y me asaltan algunos pensamientos.
Llevo intentando esta vía unas cuantas temporadas, ha sido todo un proceso con varias fases, subidas, bajadas, más y más tiempo dedicado, menos tiempo, fase de estancamiento, una lesión y más. Ahora estoy en una situación en la que realmente no quiero fallar. Sería demasiado con lo que lidiar y estoy listo para dejar el proyecto si esto ocurre.
Dejo el reposo y me embarco en este último viaje. Cada paso requiere todo mi esfuerzo, pero al final chapo la cadena.
Es un momento monumental para mí mismo. Ahora estoy listo para continuar…»
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