Jorge Díaz-Rullo culminó un año 2023 con la mejor libreta de la escalada nacional, siendo el primer español en anotarse 9b+ y además por partida doble: con la cuarta ascensión de Bibliographie 9b+ en octubre y con la primera ascensión de Mejorando la Samfaina, en febrero, para la que propuso este grado. A estas además añadió un 9b, The full journey y la primera de Samfaina para el mundo (9a+/b), así como otra decena de novenos. Le dio además a todas las modalidades, llevándose Fabelita (8c) a vista, el bloque Hipoxia de Navalosa y la vía de largos Tarragó (240 m, 8b+) en Montserrat.
Con este impulso ha pasado el cambio de calendario en la cueva ilerdense de Santa Linya, donde el mismo día 1 de enero le pone el punto rojo a Catxasa. La vía fue equipada por Dani Andrada y la primera se la llevó Chris Sharma en enero de 2011, proponiendo 9a+. Desde entonces ha tenido un puñado de repeticiones, entre ellas las de Ramón Julián, Sachi Amma, Jakob Schubert, Adam Ondra o Seb Bouin. Su último ascensionista ha sido Gonzalo Larrocha, quien opinó que actualmente con el uso de rodilleras la escalada resulta más asequible que en el pasado, cuando no se usaban estos complementos que permiten buenos empotramientos de rodilla, y propuso rebajarla a 9a a secas.
Tras encadenarla en cinco días de intentos, Jorge ha opinado: «Sobre el grado, creo sinceramente que es un sólido 9a+ para mí, al menos por cómo lo sentí los días que estuve intentándolo. He decidido apuntármela como 9a/+ por respeto a los ascensionistas anteriores. Su opinión es que era 9a+, pero uno de los pasos clave que para ellos era el más difícil, para mí era un paso fácil porque hice un empotre de rodilla».
Y Open your mind “a la primera”
Su buen comienzo del año no se acaba ahí. Ayer mismo, 3 de enero, en la misma zona se lleva Open your mind (8c+). Él mismo explica que se la ha apuntado “al primer intento” en vez de “al flash” porque está en un tramo de la cueva en la que muchas vías empiezan por la misma línea, que estará en torno al 7c+ y que él ya había escalado hasta donde se dividen las vías. «Las reglas de la escalada al flash son claras, incluso aunque no recordase esa parte, al haberla ya hecho previamente, no lo considero un flash estricto. Aunque en realidad tengo la sensación personal de haberla hecho al flash», escribe Jorge.
Al margen de esto, añade que «recordaré el pegue que le he dado, la sensación de incertidumbre que tuve en cada momento y cada paso, los nervios antes y durante el pegue y, por encima de todo, la seguridad que me ha dado saber que puedo hacer cosas duras en este estilo».
Y el año acaba de empezar…
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