La temporada en las grandes paredes de Patagonia ha dado ya algunos frutos interesantes, tanto en el macizo del Chaltén como en las Torres del Paine. Pero parece lejos de haberse terminado y los proyectos se suceden a un ritmo vertiginoso. Esta semana se ha dado a conocer un nuevo intento de escalar en libre Riders on the storm, en la Torre Central del Paine.
Volverá a ser protagonista de esa aventura la estadounidense Brette Harrington, que ya lo intentó hace seis años con Mayan Smith-Gobat, y en esta ocasión se rodeará de un equipo de altísimo nivel, con el belga Siebe Vanhee y el italiano Jacopo Larcher. Tres escaladores de contrastada trayectoria para un desafío de gran dificultad y compromiso.
Y es que Riders on the storm no es solo una vía muy larga (1.300 metros) y de dificultad notable (el grado máximo en libre figura como 7c+ y todavía quedan cuatro tiradas por liberar), sino que además puede suponer un elevado riesgo de caída de piedras o bloques de hielo. Lo comprobó en primera persona Ines Papert, quien recibió un obús de pleno que le partió el casco por la mitad tras completar la primera femenina con Mayan Smith-Gobat en 2016.
Por ahora no se conocen los detalles de la expedición, que sin duda dará que hablar.
Historia de la escalada
Riders on the storm es una impresionante línea de 1.300 metros(7c, A3) en la cara este de la Torre Central del Paine. Wolfgang Güllich, Kurt Albert, Bernd Arnold, Norbert Bätz y Peter Dittrich, sus cinco pioneros aperturistas, pasaron seis semanas de 1991 en la remota Patagonia chilena para trazar el itinerario. El tiempo y sus fuerzas les permitieron invertir un total de 15 días en la pared.
Desde entonces, pocos escaladores han completado la repetición. De hecho, durante más de diez años permaneció en el olvido. Los checos David Stastny y Jan Kreisinger se encargaron de rescatarla en febrero 2002 con la primera repetición, que fue seguida bastante pronto por la segunda de los franceses Arnaud Boudet, Martial Dumas, Jean Yves Fredericksen y Yann Mimet (noviembre 2002). Cuatro años más tarde, fueron hasta allí los belgas Nico y Olivier Favresse, Sean Villanueva y Mike Lecomte que se anotaron la tercera repetición (2006).
De nuevo pasaron unos cuantos años antes de que alguien volviera a reparar en la vía. Fue Ines Papert quien quiso celebrar el 25º aniversario de la apertura de Riders on the storm intentando con Mayan Smith-Gobat la primera femenina y de paso completar la liberación, que está pendiente. La alemana y la neozelandesa lograron en 2016 el primero de los objetivos y avanzaron bastante en el segundo de ellos: consiguieron escalar en libre los dos largos superiores que no habían sido liberados anteriormente y encontraron una nueva variante en libre de cinco largos para evitar la otra sección de artificial. Con su ascensión, la dificultad máxima en libre ascendió hasta el 7c+ y los largos por liberar se redujeron a 4.
Ines Papert renunció a regresar a Riders on the storm para intentar culminar el proyecto debido al compromiso y peligrosidad de la vía. Por su parte, Mayan Smith-Gobat sí tenía ganas de intentarlo de nuevo y reclutó a Brette Harrington para viajar hasta las Torres del Paine en 2017. Durante las seis semanas de expedición, apenas pudieron ver el sol día y medio por semana, y terminaron escalando más mixto y artificial que libre.