El Servicio de Parques Nacionales del Departamento del Interior de Estados Unidos ha publicado recientemente una nueva normativa (Orden del Director número 41) que termina con la política vigente hasta ahora acerca de los anclajes en áreas naturales protegidas. Según se desprende de este nuevo texto, se va a permitir por zona que los escaladores coloquen nuevos anclajes fijos en esas áreas, y no sólo caso por caso como hasta ahora. De todos modos, las zonas designadas están sujetas a la aprobación de cada parque.
La nueva política afecta a toda la red de parques nacionales de Estados Unidos, es decir, a 47 parques que protegen una extensión de unos 18 millones de hectáreas. Entre dichos espacios naturales figuran algunas de las más famosas zonas de escalada de aquel país, como Yosemite, Zion, Joshua Tree o Grand Teton entre muchas otras.
Según destaca la página web de la prestigiosa revista americana Alpinist, en la citada Orden del Director el Servicio de Parques Nacionales reconoce “que el uso de anclajes extraíbles puede reducir, per no eliminar por completo en todos los casos, la necesidead de anclajes fijos. La colocación ocasional de un anclaje fijo con el propósito de asegurar, rapelar o proteger no perjudica necesariamente el disfrute futuro de la naturaleza o viola la Wilderness Act”.
La misma Alpinist recuerda que en algunos parques nacionales, esta interpretación contrasta fuertemente con las actuales regulaciones. Y cita, por ejemplo, el caso del Parque Nacional Arches, al este del estado de Utah, queprohibe cualquier tipo de material fijo, limitando la práctica de la escalada a vías ya existentes o a líneas que no requieran ningún tipo de equipamiento fijo. Mientras tanto, en otros lugares como Yosemite, los escaladores están autorizados a colocar anclajes fijos en vías nuevas siempre que no vaya en perjuicio de la vegetación, que no usen taladro, que no discurran cerca de zonas de nidificación de halcones o en áreas expresamente prohibidas.
Una larga historia de reivindicaciones
La nueva política ha sido decretada después de una larga historia de reivindicaciones de la comunidad escaladora, representada por la asociación Access Fund. Dicha organización se felicitaba su página web de que “el Servicio de Parques Nacionales ha incluido muchas de las provisiones específicas por las Access Fund ha abogado durante más de 20 años de trabajo en este problema, como las autorizaciones programáticas o la autorización provisional de anclajes fijos mientras no se establezcan planes directores sobre escalada”. “Estamos todavía analizando la nueva normativa, pero las primeras impresiones son que esta dirección es buena tanto para los escaladores como para los directores del Servicio de Parques Nacionales”, añade el comunicado de Access Fund.
La revista americana Climbing, por su parte, puntualiza en un exhaustivo artículo publicado en su página web sobre esta cuestión que la controvertida política que vetaba el uso de anclajes fijos databa de 1964, cuando el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Wilderness Act. Entonces se pusieron las bases a una larga polémica que empeoró en 1988 con la prohibición de los anclajes fijos en el estado de Arizona, una prohibición que expandió diez años más tarde el Servicio de Bosques.