Adam Ondra anunciaba ayer a través de las redes sociales que había completado el proyecto noruego que tenía entre manos desde hacía tiempo. “¡9c completado! Parecía como cualquier día normal en el proyecto. Hacía calor, pero el aire era cristalinamente claro y seco. Sentí muy poca presión y mucha motivación. Ingredientes clave para encadenar el primer 9c del mundo”, escribía en el perfil de Instagram de uno de sus patrocinadores.
El proceso que ha llevado a Adam Ondra al primer 9c de la historia ha sido largo y exigente. Han pasado cinco años desde aquel 4 de octubre de 2012 en que el escalador checo le pintara el punto rojo a Change en la misma cueva, convirtiéndolo en el primer 9b+ del mundo . Aquel mismo año equipó Project Hard , sin saber muy bien hasta qué grado iba a llegar.
Los movimientos fueron saliendo, aunque al final Adam Ondra ha tenido que invertir dos veranos enteros en Flatanger para hacerse con el encadenamiento. Entre ocho y diez semanas en la cueva noruega y un enorme trabajo en entrenamientos específicos para lograr ser capaz de resolver esta vía que debe su dureza a dos pasos de búlder de una dificultad aproximada de 8C y 8B respectivamente.
Durante este verano en Noruega probando Project Hard , Adam Ondra asegura que ha vivido un proceso raro: la primera semana fue bien, después se puso malo y en los últimos días sintió muy buenas sensaciones. Ahí fue cuando su cabeza hizo click. “De pronto me di cuenta de que, ¡sorpresa!, quizá sí era capaz de hacer un proyecto que al principio parecía tan duro y loco” .
La semana pasada, Adam Ondra regresó a Noruega desde Arco (Italia), donde participó en el Rock Master , participando en sus competiciones y también en la ceremonia de las Rock Legends , donde este año cedió la supremacía a Margo Hayes en la categoría de roca que él se ha llevado en cuatro ocasiones. El 30 de agosto volvía a ponerse a la faena sabiendo que el encadenamiento era cuestión de tiempo.
Aprovechando que coincidimos con él en Arco , le hicimos la siguiente entrevista en la que Adam Ondra cuenta muchos detalles del primer 9c del mundo:
¿Project Hard es el objetivo más complicado que te has propuesto?
Es el proyecto más difícil que he probado y seguro que es más duro que Change o La Dura Dura [ambas 9b+]. Este es otro nivel, pero a la vez es una vía muy específica. Es difícil darle un grado porque tiene pasos muy raros y específicos. Algunos me vienen bien y otros peor, pero he entrenado muy duro en este tipo de escalada. Creo que nunca me había preparado de forma tan específica para una vía.
¿Cuáles son las claves?
Es difícil pero no tiene nada de resistencia. Lo que hay que tener es mucha fuerza para ser capaz de hacer el búlder. Son 45 metros : 25 metros de 8b, con rodillas, algunas muy buenas; luego viene un búlder de 8c o 8c+, una rodilla, un 8b, luego un reposamanos. Por último, un 7c o 7c+ de búlder para acabar.
«La vía es muy de precisión, hay que hacer todo correctamente y con la cabeza nerviosa es imposible»
Comentas que ahora vuelves a Flatanger a probar la vía.
El año pasado probé 4 o 5 semanas y este voy a hacer lo mismo. Voy a empezar a probar de verdad desde el suelo y ahora es cuando empieza el juego mental porque estoy seguro de que lo puedo hacer. La cuestión es saber cuánto va a tardar, la vía es muy de precisión, hay que hacer todo correctamente y con la cabeza nerviosa es imposible. Tengo un pegue al día y tengo que que esperar la jornada perfecta, cuando las condiciones sean las mejores. Es muy interesante, hay muchos factores que deben juntarse .
¿Qué grado estimas que puede tener?
Creo que puede ser un 9c . He probado muchas vías que pueden ser 9c para mí, pero, para saber de verdad cómo es de dura, lo importante es probarla mucho y estar más cerca de encadenar.
¿Qué es lo que más te motiva?
Me motiva hacer cosas diversas y este proyecto es muy especial porque tiene pasos que no he hecho antes. Son muy raros y especiales y la roca es perfecta. En la cueva de Flatanger hay muchas vías con unos pasos flipantes , muy interesantes y muchas veces más especiales que en los bloques. Es sobre todo por la roca, que es increíble. Muchos sitios del mundo no tienen roca muy buena y tienes que limpiar todo, la roca está blanda, hay presas reforzadas… En Flatanger está todo perfecto y listo para escalar. Hay presas increíbles y hay que entender bien cómo utilizarlas.
Aunque ahora te has metido en serio, al proyecto hace tiempo que le echaste el ojo.
Sí, equipé la vía en 2012 y la empecé a probar seriamente en 2016. En cuanto al grado, desde el suelo no se veía muy bien si es 9b, 9c, 10a o imposible. Tuve que ir a probarla y ver los pasos. Podría haber ambicionado los pasos hace mucho tiempo, no sé, hace 5 años, pero juntar todo los movimientos en un encadenamiento es una cosa distinta.
«El décimo grado, para mí, es imposible ahora. Pero un día alguien podrá hacerlo»
Has mencionado el 10a. ¿Te lo imaginas?
Después del 9c viene el 9c+ y luego el 10. Yo no creo que pueda hacerlo, pero puedo imaginar cómo es una vía de este grado. Al final es muy fácil: si Project Hard fuera sin reposo de rodillas no sería 10a, sino 10a+ o 10b. Las rodillas lo cambian todo. Hacer 8c+ después de hacer 8b de vía, sin reposar en las rodillas, para mí es imposible ahora. Pero un día alguien podrá hacerlo. He entrenado como un loco para llegar a este momento en el que puedo imaginar hacer 9c. No sé cómo podría entrenar más para llegar al 10a. Pero estoy seguro que entra dentro de la capacidad humana.
¿Cómo ha sido tu evolución con el noveno grado?
Podía hacer 9b hace 6 años y ahora puedo hacer 9b también, pero para hacer 9b+ necesito mucho más tiempo. Por encima de eso, me refiero a hacer 9c, tengo que quedarme semanas probando. Ojalá fuera capaz. Ahora estoy en un momento en el que puedo hacer 9b mucho más rápido, pero no es una vía fácil.
¿El proceso te cansa en algún momento?
Claro que hay momentos en los que disfruto mucho el proceso de Project Hard y otros, cuando no va bien, en los que no disfruto, pero eso es normal, es el reto y parte del juego . Ahora lo veo muy positivamente y tengo muchas ganas de probar y encadenar la vía.
¿Qué ha sido para ti el Dawn Wall ? Ese ha sido otro de tus grandes retos.
Fue una experiencia increíble y una de las cosas de las que estoy más contento en mi vida de escalador. Fue dura, es la vía en la que más he salido de mi zona de confort . La dureza no era desde el punto de vista psicológico, que también es importante, sino simplemente porque la escalada es muy difícil y rara.
«La competición solo la veo como un deporte, no como un estilo de vida»
¿Por qué?
Los largos clave son como los de una vía deportiva con parabolts. No tenía nada de miedo, pero a ese estilo de escalada nunca me había enfrentado: presas y pies tan pequeños que requieren una precisión increíble. Quizá pensaba que los largos más fáciles serían más fáciles, pero un paso de octavo grado en esa pared es súper duro por el estilo. Tienes que tener mucha confianza en los pies.
¿Qué supuso conseguir esa vía?
El Dawn Wall cambió mi vida porque, de pronto, me convertí en una persona muy famosa en la República Checa. Esa vía tiene historia y es muy fácil hablar de ella con gente normal. De alguna manera es más interesante que la escalada deportiva para la gente que no escala.
¿Qué es la escalada para ti?
La escalada es mi vida y no sé qué busco en ella. Quiero vivir y por eso escalo, y al final cuanto más dura es la vía, más interesante.
¿Y la competición?
La competición está bien porque es el único momento en el que te puedes medir con los demás, pero no me interesa hacerlo todos los años porque solo lo veo como un deporte, no como un estilo de vida.
Vídeo entrevista: Adam Ondra nos habla sobre ‘Project Hard’ el primer 9c de la historia
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