Adam Ondra viajó por primera vez a Yosemite en 2016. Ningún aficionado a la escalada habrá olvidado aquellos días del escalador checho en el Valle, principalmente por la primera repetición que realizó de Dawn Wall, la famosa ascensión al Capitan que Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson hicieron en libre por primera vez en la historia.
En aquel viaje, también cumplió otro de sus sueños, que no era otro que escalar The nose. Lo hizo con su padre y en el día, aunque curiosamente se le resistió el encadenamiento. Su lista de tareas pendientes en Yosemite ya incluía en aquel entonces otra de las vías más míticas del lugar, Salathé Wall, aunque no tuvo ocasión de intentarla.
Centrado en la escalada a vista
Esta vez, Adam Ondra tenía claro que iría a por Salathé Wall. Y también tenía claro que su principal motivación era escalar a vista. En su primer día en el Valle y todavía sin su equipaje, que se perdió durante el vuelo, empezó a tachar proyectos. En aquella jornada cayó Book of hate 5.13d (8b), aunque al segundo pegue después de una caída que impidió su éxito en su intento a vista.
Al día siguiente, sí consiguió encadenar a vista otra clásica, Cosmic debris 5.13b (8a), a la vez que se anotaba el bloque Dominated 8B, una versión con entrada de sentado del problema Dominator 8A+ de Jerry Moffat.
Y ayer mismo se encordaba con Nico Favresse para hacer un intento a vista de Salathé Wall.
La historia de Salathé Wall
Salathé Wall es una de las líneas más míticas del Capitan. Los buenos conocedores de Yosemite la sitúan a un nivel parecido a The nose, aunque esta última se ha llevado mucha más atención mediática. En este sentido, valga la opinión del histórico Royal Robbins, que la calificó como “la escalada en roca más grande del mundo”.
Royal Robbins es solo uno de los nombres históricos relacionados con Salathé Wall. El mismo nombre de la vía hace referencia a John Salathé, uno de los pioneros de Yosemite en la década de 1940, y la línea fue bautizada así por Yvon Chouinard, escalador y fundador de la marca Patagonia.
Salathé Wall fue escalada por primera vez en 1961, a cargo de una potente cordada de la época, formada por el citado Royal Robbins, Tom Frost y Chuck Pratt. Su versión en escalada artificial está considerada como más dura que The nose, mientras que en libre alcanza una dificultad máxima de 5.13b (8a), en algunos de los últimos de sus 35 largos. Paul Piana y Todd Skinner realizaron la primera liberación en 1988.
Sueño no cumplido de Adam Ondra
En sus redes sociales, Adam Ondra explicaba ayer mismo su relación con Salathé Wall y su experiencia en la vía:
Salathé fue un sueño para mí durante mucho tiempo. Un sueño de sencillamente estar ahí arriba, sintiendo el aire y la exposición del Headwall (la parte superior de Salathé, que es su crux), poniendo mis manos dentro de fisuras perfectas… Y hacerla a vista. Algunos sueños se hicieron realidad ayer, pero el definitivo -el a vista- no se cumplió. Y la naturaleza de la escalada a vista es tal que ya nunca se cumplirá. Solo hay un intento, mucha presión en una vía tan legendaria como Salathé en Yosemite, en El Capitan.
Ayer empezamos con Nico Favresse como increíble compañero a las 00:01 horas. A las 7:00 de la mañana estábamos en el Boulderproblem, a las 8:30 en el Block, todavía escalando todo a vista. A las 13:30, continuamos a través de Enduro y el techo, y fallé al escalar a vista el largo 1 del Headwall en la parte alta, en mi segundo intento me caí justo en la cadena. No tenía más energía para hacer otro intento.