Macizo de Peñalara
La ingente documentación que hay sobre Peñalara —en papel y en la “nube” de internet— repite como un mantra que es la montaña más alta de la Sierra de Guadarrama y de las provincias de Madrid y Segovia; que su altitud es de 2428 metros sobre el nivel del mar y que su prominencia es de 1113 metros. La descripción elude una cifra muy importante porque es difícil de calcular: la que correspondería al número de madrileños y segovianos que la veneran como lo hicieron, en un tiempo muy remoto, los arévacos.
// Texto: redacción GE.
- El refugio de Peñalara
- Peñalaros
- Por quién doblan las campanas
CUMBRE DE PEÑALARA
Por la Senda del Batallón Alpino
Peñalara es, probablemente, la cima más hollada de toda la Sierra de Guadarrama. El motivo es que el desnivel que hay que vencer desde el puerto de los Cotos no es una salvajada y que la subida en meses no invernales por la ruta normal es una sencilla caminata. Incluso en invierno, con buenas condiciones meteorológicas y correctamente equipado, está al alcance de muchos aficionados. En estas páginas, en lugar de seguir la ruta normal —y muy concurrida como es natural—por la Loma de Dos Hermanas proponemos una variante que utiliza la Senda del Batallón Alpino.
//Texto: redacción GE. Fotos: Varios autores.
PEÑA CITORES
Desde el Puente de la Cantina
La cima de Peñalara proyecta su extensa sombra sobre las cimas vecinas, y no solo físicamente. Los excursionistas se sienten tan atraídos por ella que no reparan en las cumbres vecinas o no se las da valor porque están de paso. Peña Citores pertenece al primer grupo. Se tarda poco más de una hora en alcanzar su vértice geodésico desde el puerto de los Cotos, pero como queda algo a desmano de la subida a Peñalara, no es objeto de deseo. Aquí proponemos atacarla desde otro lugar para dar a la jornada algo más de marcha.
//Texto: redacción GE. fotos: varios autores.
LAGUNA GRANDE DE PEÑALARA
Por el refugio Zabala
La laguna Grande de Peñalara y el circo que ocupa son el ejemplo más contundente del glaciarismo en la Sierra de Guadarrama. Fue el corazón del parque natural y sigue siendo la joya del parque nacional. Es evidente que no puede competir ni en extensión ni en profundidad con los ibones pirenaicos, y tampoco llega a tener el soberbio aspecto alpino que tienen sus vecinas, la de Gredos, pero nadie discute que el lugar sobrecoge, sobre todo cuando llegan las nieves.
//Texto: redacción GE. fotos: Jorge Cruz.
RUTA DE LAS LAGUNAS GLACIARES
Hace unos 30 000 años, el macizo de Peñalara estaba literalmente cubierto de hielo. De la cumbre se descolgaban varios glaciares que excavaron el actual Valle de Lozoya y que llegaron a tener ¡cien metros de grosor! El hielo se retiró hace ya mucho tiempo dejando detrás varios circos y morrenas, rocas laceradas y un puñado de lagunas.
//Texto: redacción GE. Fotografías: varios autores
CABEZA MEDIANA
Por el camino del Palero
Es modesta en altitud (1693 metros), tiene poca prominencia, su silueta es oronda y, a pesar de todo, Cabeza Mediana no carece de interés. Parece haber sido puesta allí adrede para que podamos ver en toda su magnitud el macizo de Peñalara y Cuerda Larga. ¡Y sin demasiado esfuerzo!
//Texto: redacción GE. Fotos: Varios autores.
CASCADA DE LA CHORRANCA
Un sillón labrado en la roca de un cerro con gracioso nombre, una cascada soberbia que se divide en dos, una cueva tiznada de leyenda, un cerro repleto de fortines y parapetos; un bosque de cuento… esta sencilla excursión por el monte de Valsaín tiene elementos de sobra para figurar entre las diez o veinte mejores rutas de la Sierra de Guadarrama.
//Texto: redacción GE/ Javier Carballo Fotos: Javier Carballo
RUTA DE LOS 4 CHOZOS
La historia de la Sierra de Guadarrama está fuertemente ligada a sus gentes y al uso que daban al monte. La tareas de los carboneros, pastores y madereros, oficios ya casi olvidados, requerían de una infraestructura mínima para hacer más llevadero su trabajo. En la vertiente norte de Peñalara quedan en pie algunos chozos, fuentes y majadas que nos hablan en silencio de la dura existencia de aquellas gentes. Conservarlas es el mejor homenaje que podemos hacerles.
//Texto y fotos: Javier Carballo
CHORRERAS DE SANTA MARÍA
La vertiente este de los Montes Carpetanos es una gigantesca tela plisada. Un buen número de barrancos arrugan la ladera, y por cada uno de ellos baja un torrente que, en muchos casos, forman vistosas cascadas. Algunas son muy conocidas por su fácil acceso, como la Chorranca de San Mamés, y otras son solo visitadas por excursionistas con espíritu explorador, como las que protagonizan este relato.
//Texto: redacción GE / Javier Carballo. Fotos: Javier Carballo
RUTA DEL PAISAJE
Camino Viejo del Paular a La Granja
Los de Malagosto y el Reventón son dos de los puertos más importantes del cordal montañoso que desciende de Peñalara hacia el norte, conocido como Montes Carpetanos. Ambos puertos fueron utilizados por los pobladores del Valle de Lozoya y de la campiña segoviana para ir de uno al otro soportando ventiscas y nevadas en pleno invierno. ¡Hasta el Diablo lo utilizó!
//Texto: redacción GE. Fotos: Varios autores.
CALDERAS DEL RÍO CAMBRONES
Tiene cierta gracia descubrir que el río Cambrones nace en una fuente llamada del Merendero; y hace gracia porque dicho manantial se encuentra a no mucha distancia del puerto de Malagosto, uno de los altos collados que en tiempos pasados se utilizaban para ir del Valle de Lozoya a la llanura segoviana y viceversa. En su viaje hacia el río Eresma, en el que tributa, el río ha tallado en la roca viva unas pozas que son la alegría del caminante en verano.
//Texto: redacción GE / Javier Carballo. Fotos: Javier Carballo
El bierzo. Dorado leonés
Un anillo de montañas de más de dos mil metros y laderas ocultas bajo frondosos bosques que encierra una fértil hoya atravesada por el río Sil. Esta es la “fotografía” a vista de pájaro de El Bierzo, la comarca leonesa con unas peculiaridades geográficas, históricas, sociales y económicas tan evidentes que están reconocidas en el propio Estatuto de Autonomía de Castilla y León.
Parque Natural de la Sierra de Irta
Entre Peñíscola y Alcossebre se levanta una de las últimas sierras vírgenes del litoral valenciano, un pequeño paraíso de acantilados, calas recónditas y vegetación típicamente mediterránea. Declarada Parque Natural y Reserva Marina en 2002, la Sierra de Irta goza de un excelente clima, con temperaturas suaves y más de 300 días de sol al año. El otoño es una época privilegiada para conocerla y practicar todo tipo de deportes al aire libre.
El Ripollés. La nieve del Mediterraneo
En invierno, la nieve visita las montañas de El Ripollés, la comarca gerundense donde los Pirineos brillan con la luz del Mediterráneo, reclamando la atención de los amantes a los deportes blancos.