La Alcarria es para muchos solo una «marca» de miel y un pálido recuerdo de los años de estudiante cuando nos obligaban a leer determinados libros para aprobar Literatura; para otros es un páramo batido por el viento que se cruza a toda velocidad por la autovía del nordeste. Unos y otros quedarían sorprendidos si se tomaran la molestia de visitarla tranquilamente al descubrir una región llena de historia y de contrastes que rebosa personalidad.
La Montaña de barro
PICO DEL ÁGUILA
El valle de Torija ha tenido siempre una enorme importancia estratégica por ser uno de los pasos naturales desde la meseta castellana hacía Aragón. En tiempos modernos también, como demuestra el que la autovía del noreste lo recorra de punta a punta. La puerta sur del valle está flanqueada por dos curiosas montañas de barro rojo surcadas de cicatrices que componen un escenario muy cinematográfico. Proponemos subir a una de ellas para lograr una vista particular de la meseta sur.
Texto: GE / Antonio Tejero. Fotos: Antonio Tejero
EL paisaje protegido
MIRADOR DEL VALLE DE UNGRÍA
No ha pasado un año desde que el valle del río Ungría —como el país magiar, pero sin h— fuera declarado Paisaje Protegido. Hay sobrados motivos para que valle obtuviera este sello de calidad, y descubriremos muchos de ellos si nos animamos a hacer la excursión que describimos a continuación.
Texto: GE/Antonio Tejero. Fotos: Antonio Tejero.
Paseo por el Jardín de la Alcarria
EL PÁRAMO DE LA BATALLA
Brihuega y Villaviciosa de Tajuña fueron escenarios en 1710, con solo un día de diferencia, de dos batallas decisivas que decidieron la balanza a favor de los partidarios de instaurar la dinastía borbónica en nuestro país. Hoy, los campos que fueron testigos de aquellos sangrientos combates reciben otros ejércitos con intenciones menos belicosas: la de turistas que viene a visitar los campos de lavanda.
Texto y fotos: Dioni Serrano.
El enigma de la aldea de piedra
DE YELA A CÍVICA
El viajero que camina o conduce por la carretera que va de Brihuega a Masegoso por el fondo del valle del río Tajuña, no tiene más remedio que parar y preguntarse qué es aquel ancho cantil de toba anaranjada cruzado por pasadizos, escaleras y barandillas que parece el decorado de una película fantástica con ambiente gaudiano. Es la enigmática aldea rupestre de Cívica, motivo más que suficiente para hacer esta excursión, pero no el único.
Texto: Evaristo Castedo / GE. Fotos: varios autores
Oteros de la historia
MIRADORES DE JADRAQUE
Hacia el noroeste, La Alcarria se resuelve en una planicie punteada por cerros de geometría impecable. La monumental villa de Jadraque está a la sombra de uno de ellos, el “más perfecto del mundo” a juicio del filósofo Ortega y Gasset. Su cúspide la corona una fortaleza de película con nombre de mito: el Castillo del Cid. La excursión que proponemos recorre el labio de la meseta que precede al valle del Henares para capturar unas vistas soberbias de la noble villa y del alcázar cidiano.
Texto: GE/Antonio Tejero. Fotos: Javier Carballo
Procesión de piedra
FRAILES DEL REATO
En ocasiones, el agua, el hielo y el viento se compinchan para dar a las rocas formas que se asemejan a animales u objetos. En el listado de peñas insólitas hay elefantes, pájaros, castillos, setas, calaveras… En el barranco del Reato, la vocación artística de la Naturaleza ha esculpido en la blanda caliza lo que parece una procesión de penitentes.
Texto: Dioni Serrano. Fotos: Lola Martínez y Dioni Serrano.
El encanto de la sencillez
CUEVA DEL BEATO
La quietud y el silencio que envuelven a la ermita de la Cueva del Beato inducen a pensar que el crimen cometido allí en los primeros años del siglo XX es una leyenda más de las que protagoniza este remanso de paz. Será fácil pasar por alto aquel truculento suceso y disfrutar con la familia de una sencilla pero variada excursión.
Texto y fotos: Dioni Serrano.
Testigos geológicos
TETAS DE VIANA
Pocos topónimos llaman tanto la atención y dan más lugar a bromas y chascarrillos como el que nombra a los dos cerros gemelos que se alzan a las puertas de la pequeña localidad de Viana de Mondéjar. Las Tetas de Viana constituyen el punto más elevado de La Alcarria y, por tal circunstancia, son una atalaya privilegiada para abarcar de una ojeada una buena parte de ella.
Texto: Manuel Marfil / GE. Fotos: varios autores.
Tras los pasos del escritor
EL GARDUÑO DE CELA
Un pasaje del libro Viaje a la Alcarria inspiró a Ángel de Juan-García, gran conocedor y divulgador de los senderos de Guadalajara, para bautizar una ruta que rememora una de las jornadas del viaje que el escritor Camilo José Cela hizo por la comarca y que dio lugar al libro Viaje a la Alcarria. La ruta enlaza tres pequeños pueblos alcarreños hasta la médula: Durón, Budia y El Olivar.
Texto: GE / Antonio Tejero. Fotos: Antonio Tejero
Miradores de Entrepeñas
PICO TEJERO
Sería interesante saber qué hubiera dejado escrito Camilo José Cela si en su primer viaje a La Alcarria el embalse de Entrepeñas ya formara el pequeño mar interior rodeado de montañas y cerros que es en la actualidad; un mar de intenso color azul verdoso al que podemos asomarnos desde el santuario de la Virgen del Madroñal, no sin antes pasar por el “pico” Tejero, que también reserva buenas vistas.
Texto: Antonio Tejero / GE. fotos: Antonio Tejero.
Lección de Geología
LA TORCA DE LA SIMA
El suelo de La Alcarria, formado por calizas y otras rocas blandas que el agua disuelve fácilmente, es favorable a la formación de curiosidades geológicas como las que vamos a conocer en esta excursión circular que nos trasladará hasta lo alto de la Sierra de la Solana, lo que nos aportará vastas vistas de la parte más brava de comarca.
Texto y fotos: Dioni Serrano.
La isla del Mar de Castilla
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO
Los embalses de Entrepeñas, Bolarque y Buendía forman lo que se conoce como el Mar de Castilla, la mayor área húmeda de la península Ibérica. Una lengua montañosa que comienza en Sacedón y se orienta al sur separa los dos primeros. En lo más alto se levanta una antigua ermita que es, además de un lugar de devoción, un fantástico oteador del “mar” castellano.
Texto: redacción GE / Víctor Pascual. Fotos: varios autores.
Vía Verde del PLAZAOLA
Para gourmets de las dos ruedas
Hasta que en 1995 no entró en funcionamiento la A–15, ir de Pamplona a San Sebastián o viceversa requería de paciencia, un estómago a prueba de curvas y habilidad al volante para rodar por la estrecha carretera del puerto de Azpiroz. Casi un siglo antes ya era posible hacer este viaje en un pequeño tren que comenzó siendo minero y terminó convirtiéndose en el modo más eficaz para unir ambas ciudades y que hoy se ha convertido en una de las vías verdes más deliciosas del país.
- Algo de historia
- Paisaje mediterráneo
- Un tramo emocionante
- El Plazaola guipuzcoano
- Paraje de Matxinbarrena
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info en turismo.euskadi.eus/es/